Revista Economía

También la invasión de Ucrania se acabará

Publicado el 07 marzo 2022 por Pacolopez

En momentos de pesimismo como el actual, en el que todo el mundo asiste (asistimos) a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, como cuando el matón de la clase se metía con un chaval más pequeño y no podíamos hacer nada, salvo gritarle y amenazarle, sin gran éxito. Eso hace es lo que hace la comunidad internacional, y en especial la Unión Europea. Porque, como en el colegio, los mayores no quieren intervenir en la pelea, para que no se convierta en generalizada.

Ucrania se defiende con orgullo, pero está condenada a claudicar ante la enorme fuerza de su enemigo. Todos confiamos, como en el colegio, en que la pelea acabe cuanto antes, y los daños sean los menores posibles. No podemos hacer otra cosa.

La cuestión es ¿cómo trataremos a este grandullón pendenciero a partir de ahora?

Putin ha entrado en una espiral esquizofrénica, empeñado en conquistar Ucrania contra viento y marea. Y cuanto más resistan los ucranianos, más destrucción y muerte habrá y más difícil será la búsqueda de la paz y sobre todo la posguerra.

Es por eso que los mercados financieros están hoy deprimidos y lo ven todo de color negro.

Pero yo no creo que se den las hipótesis más pesimistas que se están descontando, como que Rusia irá más allá de Ucrania y que las posibilidades de un enfrentamiento con la OTAN provoquen una tercera guerra mundial sean preocupantes. Sería una catástrofe para la propia Rusia y para los rusos. Y, desde luego, no interesa a nadie.

Ahora los inversores han de mantener la calma. Los activos que posean van a caer de precio porque el futuro es negro y cualquier activo baja su valor cuando el futuro deja de ser claro. Pero el negro se disipará en algún momento, y volveremos a ver un futuro. Seguramente distinto del actual, pero no necesariamente peor.

Por ejemplo, esta guerra está uniendo a la Unión Europea, algo que todos queríamos pero que no llegaba, desanimando incluso a los más fervientes europeistas. Hemos visto que si no estamos unidos, no seremos nada, ni económica ni militarmente, delante de las grandes potencias económicas o militares: EEUU y China, principalmente, pero también Rusia, India, Turquía o Brasil.

También se va a dar un efecto positivo sobre el impulso de la sociedad verde y digital. En lo verde porque el precio del gas y el petroleo se ha puesto por las nubes, haciendo más evidente si cabe que hay que reducir el consumo, apostando por fuentes de energía renovables y por técnicas de aislamiento de edificios y de control de los consumos y la contaminación. En lo digital porque es la comunicación y la digitalización lo que está permitiendo a los ucranianos mantenerse en pie, y al mundo saber qué está pasando.

Y se está dando un empujón definitivo, que la Covid había iniciado, a la puesta en valor de lo local; es decir, a una globalización redefinida, después de ver que se había llegado demasiado lejos. Es un fenómeno que afectará de forma diferente a los países, en función de su posicionamiento en el mapa económico. China habrá de dejar de ser tan esencial como fábrica del mundo, Rusia, por supuesto, como proveedor de energía dejará de jugar el papel capital que ha venido jugando (ese será un alto precio que deberá pagar por su pecado de soberbia y por los sufrimientos causados). Las economía basadas en el turismo también sufrirán.

No sé qué efecto tendrá a largo plazo el incremento ya anunciado del gasto militar. Espero que se apaguen los ánimos guerreros cuando acabe esta guerra y todos podamos reflexionar sobre sus causas y sus consecuencias... Porque si no es así, no sé a dónde nos puede llevar.

En fin, por último, esta guerra nos permitirá medir muy bien la fuerza del dinero, de la economía, en el pulso que Occidente le está planteando con sus restricciones y sanciones a la maquinaria militar rusa.


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