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También la lluvia

Publicado el 05 diciembre 2020 por Filmfilicos @filmfilicos
También la lluvia

Cuando la gente dice muy segura de sí misma que "el dinero no puede comprarlo todo", no tiene ni la más pequeña idea del error que comete; es cierto que quizá el dinero no lo es todo, pero aunque nos resulte monstruoso, en nuestro mundo tal y como está configurado, sí es capaz de comprar cosas tan básicas como la salud, la tranquilidad y, tal como lo muestra la película de la española Icíar Bollaín, " También la lluvia " (2010). Y justo de ella vengo a hablarles en esta ocasión.

El productor de cine Costa ( Luis Tosar) en compañía del joven y arriesgado director Sebastián ( Gael García Bernal), se encuentran en Bolivia con la intención de grabar una película que relatara la historia de la llegada de los españoles al continente americano. La producción de la película requiere de la contratación de extras que interpretarán a los nativos de aquella época; preocupados por la realización de su gran proyecto los cineastas ignoran que más allá de las batallas que se librarán en la ficción, sus actores se deberán enfrentar a una guerra por el agua en la vida real, lo que pondrá en peligro mucho más que la ambiciosa filmación.

También la lluvia es el rodaje de una película en medio de un conflicto que los bolivianos enfrentan por defender el agua que los mantiene con vida. Ante la falta del vital líquido, los pobladores del lugar deciden captar agua de lluvia, pero se encuentran con que el gobierno también se siente dueño de eso, también de la lluvia y también la cobran limitando el acceso y orillando a la gente a manifestarse bajo el liderazgo de Daniel ( Juan Carlos Aduviri); con la violencia que emana del enojo, el resentimiento, la impotencia y la necesidad. Cabe mencionar que esta Guerra del Agua ocurrió realmente en Bolivia en abril del año 2000.

También la lluvia

El problema para la producción es que Daniel es también uno de sus actores principales, así que complica el rodaje con cada golpe que recibe en las manifestaciones. Costa y Sebastián, aferrados a su proyecto y sus necesidades económicas y cinematográficas se oponen en principio a que los extras que contrataron participen en las protestas, sin embargo mientras avanza su trabajo, los mismos diálogos de personajes como Cristóbal Colón, interpretado Antón ( Karra Elejalde) o Alberto ( Carlos Santos) en el papel de Fray Bartolomé de las Casas, les hacen comprender que ellos forman parte del problema, de una explotación laboral mal pagada justificada a través de la recompensa vacía de "salir en un película" y, forzados por las circunstancias, terminan envueltos en la guerra poniendo en riesgo a todo su quipo de trabajo.

Latinoamérica, hace muchos años que es sinónimo de supervivencia, de lucha por cada recurso, de disputas con los gobiernos, de discriminación y explotación, aunque nos cueste mucho aceptarlo. Aunque aún haya quien, sin necesidad de ser extranjero, sigue pensando que la barbarie humana es algo que solo se cuenta en los libros de historia, pero lamentablemente son los mismos gobernantes los que someten a los pueblos y los orillan a eventos como el de Bolivia o, de manera más reciente, en Chihuahua, México con las protestas también por el agua. También la lluvia recuerda de una forma certera que el cine podría ser un medio de expresión y denuncia de este y muchos otros hechos que, en ocasiones, pasan desapercibidos por el encanto del entretenimiento, tal como sucede en el filme.

Cinematográficamente, esta película tiene buenas tomas, escenas bien logradas y actuaciones de gran calidad, sin embargo, su valor se concentra en el mensaje que transmite y en su manera particular de relatarlo. Lo que le valió 13 nominaciones a los premios Goya, de los cuales ganó 3 y una preselección para representar a España en los premios Oscar.

También la lluvia

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