Suenan tambores y armas de guerra en nuestro planeta. El año 2010 parecía que iba a ser el peor de la primera década del siglo XXI con despidos a mansalva, paros a granel, hipotecas maltrechas y bancos negados a dar crédito. Pero parece que no todo ha ido tan mal. La venta española de armas en el 2009, según datos de la Asociación “Inspiraction”, ha aumentado un 44 % más que el año anterior, mientras que la producción española ha caído casi un 20 %. Una industria boyante con un triste record. Y es que los tambores de guerra, que suenan en tantos puntos del planeta, provocan una gran demanda de armas cada vez más eficaces para matar.
Y sigue comentando “Inspiraction”: “Lo malo no es que se contabilicen como éxito los 1.346 millones de euros aportados por las armas, lo peor es que van destinadas, en un 35 %, a países de especial sensibilidad, como Israel, Marruecos; Colombia, Venezuela, Tailandia, India y países del África Subsahariana.” Y, para más “INRI”, la ley española prohibe la venta de armas a países donde se violan los derechos humanos o no ofrecen garantías. Con esas armas exportamos, al mismo tiempo, dolor y muerte.
Contabilizando sólo las guerras de gran escala, actualmente existen seis grandes guerras en la Tierra: Afganistán, Somalia, Irak, Paquistán, México (narcotrágico) y Sudán del Sur. Cerca de tres millones de muertes aportan estas seis guerras. Pero existen casi otras 20, denominadas conflictos bélicos, en Birmania, Israel-Palestina, Colombia, Nordeste de la India, Naxalita en India, Papúa en Indonesia, Filipinas, Turquía, la del Señor en Uganda, Sudán y Congo, Janmu y Cachemira en la India, las del Magreb en Argelia, Malí, Mauritania, Marruecos y Níger, Beluchistán en Pakistán e Irán, Sur de Tailandia, El Chad, Norte del Cáucaso (Rusia) y Sur del Yemen. Éstos arrojan ya más de un millón de muertos.
Y, por si fuera poco, la de los israelitas y palestinos se recrudece de vez en cuando, mientras Venezuela y Colombia se amenazan con palabras violentas. Marruecos frena con armas a los saharauis y Corea del Norte ataca con misiles al Sur. Corea del Sur con USA se preparan para un posible enfrentamiento. El terrorismo internacional nos despierta cada mañana con nuevos atentados y muertes. Éstas son guerras vigentes, porque de las viejas ni se habla; han perdido actualidad, aunque producen muertos a diario. Todo esto sucede en un pequeño planeta de nuestro sistema solar. La ONU ha perdido toda autoridad con los desafíos de las grandes potencias. La única solución es el desarme, pero las armas dejan mucho dinero a los países fabricantes. Y el mundo se vuelve pesimista. Todo parecería barruntar que estamos cerca de una guerra más grande que todas esas. ¿Habrá sentido común en el tercer milenio?
JUAN LEIVA