Carola Chávez
Hace tres años la consigna era “Maduro es colombiano”. Las señoras de El Cafetal marchaban furiosas por la ignominia de tener que calarse a un Presidente nacido del otro lado de la frontera. Corrieron por las redes sociales fotos de Nicolas bailando cumbia en algún remoto carnaval de Barranquilla, de Nicolás con una camiseta del Deportivo Cali, de una casita normal y corriente en Cúcuta, cuya fachada que no decía nada pero que CNN se encargó de titular “Esta es la casa donde nació Maduro”. La MUD entera asumió la gesta imposible de demostrar la colombianidad de Nicolás, que segurito no se llama Nicolás, sino John Jairo el ilegítimo.
Con su bipolaridad característica, los mismos que se derriten de admiración por Alvaro Uribe Velez, los que dicen que Colombia es un paraíso, no como esta cagada de país dónde por desgracia les tocó nacer, desataron su xenofobia contra el caliche de Maduro. Vimos a dirigentes de la MUD ondear ante las cámaras algún papel amarillento asegurando que aquello era la partida de nacimiento del cucuteño con bigotes. Periodistas y opinadores, albañiles de la construcción mediática, los mismos que instalaron éxitos disociados como “te van a quitar a tus hijos” y “los bombillos cubanos te espían“, derramaron litros de tinta sobre la desgracia de ser gobernados por un impostor colombiano.
Esta matriz fue quedando en segundo plano con vistas al olvido. Había otras formas, pensaban en la MUD, de salir de Maduro “en seis meses” –tal como aseguró Ramos Allup hace exactamente seis meses. Habemus referéndum, renuncia, abandono de cargo, o sea, no podemos perder, agreguemus nuestra carta bajo la manga: La Carta Democrática del amigo Almagro y no olvidemus la guerra económica que tantos beneficios nos ha dado.
Pasaron los seis meses como una seguidilla de fracasos. En medio de una borrachera triunfalista, les pasó de largo el 10 de enero, fecha para iniciar el referéndum, si en realidad querían que se celebrara este año. “Es que no nos poníamos de acuerdo” –aseguró detrás de las cámaras un dirigente de la MUD. Mientras se acuchillaban por dentro vendían la ilusión de salir del chavismo a sus seguidores, siempre dispuestos a comprarles cualquier vaina.
A todas estas, la tesis de la renuncia y el delirio ramosallupiano del abandono de cargo, se caían por su propio peso. Pero ahí estaba Almagro, tuiteando amenazas e insultos. La Carta Democrática sería el salvavidas de un desordenado plan que se estaba hundiendo. El salvavidas fue de plomo. “Vamos con todo” –dijo Ramos Allup en nombre de la MUD, y regresaron con nada.
La cosa está difícil, los números están apretados y esto es solo para recoger el 1% de las firmas – Comentaba tras bastidores el mismo dirigente comentador. Sin contar con la imposibilidad de hacer el referéndum este año. La soberbia de hace seis meses se diluía a punta de fracasos.
Entonces Ramos Allup, es su desesperado afán de liderar esa oposición sin liderazgo, en lugar de meterle neuronas y cordura al asunto, vuelto loco, sacó un conejo polvoriento de su chistera: ooootra vez la nacionalidad de Maduro. La estrategia opositora vuelve atrás, no seis meses, sino tres años. De vuelta al principio, pues.
Lo loco no es que vuelva con el temita, porque a esas cosas ya nos tienen acostumbrados. Lo loco es que Ramos Allup, como Presidente de la Asamblea Nacional, dirigió una carta al Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia solicitando información sobre la nacionalidad del Presidente Maduro. La respuesta del ministerio colombiano es otra barajita más para el álbum de fracasos que rellena con esmero la oposición venezolana.
Con una breve carta que es casi un regaño, Patty Londoño, vice ministra, porque no vamos a poner a un ministro en esa pendejada, le dice a Ramos :
“Sr. Diputado,
De acuerdo con su nota del pasado 26 de mayo, y después de realizar las consultas pertinentes con la Registraduría Nacional del Estado Civil de Colombia, me permito informar que no se encontró información relacionada, ni registro civil de nacimiento, ni cédula de ciudadanía que permita inferir que el Presidente Nicolás Maduro Moros sea un nacional colombiano.
Sabemos que solicitudes similares fueron dirigidas al Senador Luís Fernando Velasco, Presidente del Congreso, y a Juan Carlos Galindo, Registrador Nacional del Estado Civil. Por favor considere esta respuesta en nombre de todas las entidades a las cuales dirigió su solicitud de información.”
Dicho en términos simples: Que nooooo, que Nicolás Maduro no es colombiano, así que, por favor, dejen ya la ladilla.
Huérfanos de ideas y estrategias arriban al plazo que ellos mismos se impusieron. Claro, ahora dicen que ellos nunca dijeron que en seis meses iban a salir del Presidente Maduro. Con casi todas las cartas jugadas y perdidas, tiene que meterse Obama, para no perder esos reales.
Mientras tanto, la guerra económica, la única carta que les ha dado alguna alegría, su última carta golpeada ahora por los CLAPS, está sobre la mesa apretando con desespero. Esa es la carta a derrotar.