Revista Cine
La obra busca contar una historia de amor a través de escritos o poesías recitadas que van, de alguna forma, entrelazándose con grandísimos tangos.Es una propuesta difícil, sobre todo en ese lugar, la confitería del teatro, donde tuvimos que pedir silencio tres veces al mozo que se comunicaba a los gritos con un hombre que llegó demasiado tarde y con un gran interés por participar activamente de la función.Pero volviendo al tema que nos ocupa, resulta una idea interesante, contar una historia haciendo que uno de los personajes recite poesías (de autores con estilos diversos) y el otro intervenga/responda cantando tangos. Y repito: me parece difícil. Recién llegando al final las ideas logran acomodarse un poco y se vislumbra cierto sentido.Aunque musicalmente logrado, en muchos momentos esto no alcanzó. Entre los cinco que compartíamos la mesa, pudimos sí rescatar algunos buenos instantes de Mario Solomonoff (más que nada mientras cantaba) y, sobre el final, lindas imágenes planteadas por Ingrid Pelicori (a mí particularmente me pareció buena su interpretación de Girondo).Quizás si vuelvo a verla encuentro más cosas o entiendo un poco más, pero no me alcanzan las ganas.Reseñista invitada: Lucía Allende.Dramaturgia y dirección: Mónica MaffíaElenco: Ingrid Pelicori y Mario Solomonoff. Piano: Aníbal Zorrilla.Teatro: La Casona, Av. Corrientes 1975, reservas 4953-5595Funciones: sábados 23hsLocalidades: $35