Todos los años se celebra en Izquierda Unida de Rivas la fiesta del Roscón de Reyes. Ayer tuvo lugar la de este año. Allí nos juntamos compañeros para compartir un trozo de roscón y un vaso de chocolate.
Y allí fue también Tania Sánchez, a la que podéis ver en la foto, mi candidata a presidenta de la comunidad madrileña. Ahí está con una risa contenida que se debe a las notas a pie de página que yo le hacía sobre su “amigo” Inda.
Ese inaguantable periodista mentiroso, repulsivo y cansino que ataca a todo lo que huele a izquierdas, sobre todo a Izquierda Unida y Podemos, con la misma fuerza con la que defiende a su lideresa Aguirre. Sólo con ese detalle nos podemos hacer idea de cómo es este tipo.
Un individuo que tiene por costumbre utilizar el mismo raca-raca parlante, para que, utilizando la técnica de Goebbels, sus mentiras vayan calando entre la gente. Y no se cansa de llamar corrupta a Tania, en cuanto tiene ocasión a sabiendas de que miente, eso sí, sin haber puesto en su nombre o en el del periódico al que pertenecía, ninguna querella, y sin respetar la comisión de investigación que en este momento se está llevando a cabo. Le importa un pito la verdad, el tiene que imponer su “mentira” caiga quien caiga, porque para eso se cree el rey del mambo y el number-one de los periodistas. Y presume de todo lo que ha descubierto en casos de corrupción, cuando se sabe que quien lleva la voz cantante es su compañero: Esteban Urreiztieta.
De hecho hace tiempo que El Mundo quería deshacerse de Inda y, por fin, lo ha conseguido. Desde este diario se pensaba que se dedicaba demasiado a las tertulias y menos a la información y, por otra parte, parece que era un espía de Pedro J. Ramírez. Por cierto, que ahora he leído que tampoco Pedro J. lo quiere para su nuevo periódico.
En fin, un tipejo de calaña lamentable que confunde la verdad con sus deseos y que es capaz, con tal de exhibirse, de perseverar en la mentira. Un ejemplo de lo que no debe ser un periodista. Y luego dicen de los políticos. En todas las profesiones cuecen habas, también entre los periodistas.
Dicen que este tipo ganaba 200.000 euros anuales en El Mundo y que su despido se ha producido después de un acuerdo que parece que le ha costado a Unidad Editorial 600.000 euros. Y por si no lo recuerda el tal Inda, que tiene una memoria selectiva, gran parte de ese dinero es también público, porque El Mundo, como la mayoría de los medios de comunicación reciben subvenciones públicas directas e indirectas, además de publicidad institucional. Así es que también parte de nuestro dinero ha servido también para pagar el finiquito a este tipejo.
En fin, la gente está aburrida de escucharle, de vanagloriarse, de haber descubierto todo, de que el mundo (y El Mundo) gira alrededor de su gloria. Y él sigue insultando a todo lo que se mueva por la izquierda, gracias a la amistad que tiene con García Ferreras –un periodista como la copa de un pino, cuyo único defecto es ponernos a Inda hasta en la sopa—.
Con Tania lo está intentando desde que sabe que puede hacer daño, electoralmente, a sus candidatos peperos en Madrid, pero lo que no sabe es que es inútil, porque al final ya lo dice el refrán: antes se pilla a un mentiroso que a un cojo. Y el tal Inda miente más que habla.
Salud y República (y felices Reyes –con perdón-- para todos)