Originalmente publicado en Litterae:
Tanta luz macilenta que alumbró los días
tanta derrota huyendo en la fosa del tiempo
caricias destrozadas entre el silencio oxidado
de una memoria de lamentos
recorriendo senderos inhóspitos e inauditos
sobre la cruz en la espalda de los muertos.
Y tanta tristeza de palabras enmudecidas
abocadas en un vaso de dolientes certezas
fluyen ahora burdelosas
entre puntillas de esperanza y sueños
Es el amanecer que llega de un mal sueño
respirando las cenizas indolentes,
contemplando lunas en los charcos rotos
haciendo y deshaciendo quimeras
de una ciudad que se apagó para siempre.
De Filoversando en Nod
Ediciones Evohé, marzo 2013