Los del yoga son de una manera así como ascética. Bien.
Los cristianos de otra un punto ladeada hacia la bondad excesiva, al menos en apariencia. Bien.
Los sufíes tienen el estilo de un amante apasionado y exquisito con sus manos y espíritu repletos de vino y rosas. Bien.
Los cabalistas tirando a racionales y científicos dentro de la obvia imposibilidad de reducir tan sólo a ciencia el plano del espíritu. Bien.
Los chamanes se encargan del trato y comercio con las entidades del mundo intermedio. Bien.
Se podría decir que los taoístas son la élite de la élite de puro reducidos a nada, silencio y sombra. Bien.
Los tibetanos, expertos exploradores de la conciencia, paso a paso. Bien.
... ya, pero si eres de esos a quienes todo les vale para un buen cocido; que hacen vestido tanto de un roto como de un descosido; inocentes primitivos bendecidos con el sagrado talento de mutar lo útil y lo inútil en fruto que alegra y alimenta, si eres hermano y amigo de las Tres Gracias: Dar, Recibir, Devolver... entonces a lo mejor el kesa es tu cobijo y tu lugar un zafu.
Y que el buen dios se encargue del resto que para eso le ha tocado el papel de ser Dios.