La zona selvática del Tapón del Darién, que separa a Colombia de Panamá, no solo es utilizada como un paso irregular de migrantes. Esta jungla se convirtió en una ruta propicia de grupos armados para el envío de drogas a Centroamérica que tienen como destino Estados Unidos.
Lea también:
Jurado electoral de Perú inicia revisión de votos impugnados por FujimoriEstadios de fútbol y baloncesto en España volverán a contar con públicoEsta selva de 575 mil hectáreas que no cuenta con vías de comunicación, representa una trampa mortal para aquellos que buscan su camino a Estados Unidos.
Los migrantes que caen en manos del Clan del Golfo y los otros grupos armados que controlan el lugar, son obligados a seguir su ruta con cargas de droga.
“Llevo aquí un mes, antes había estado en Venezuela y decidimos con mi hijo tomar esta ruta, necesitamos ayuda humanitaria para pasar”, comenta Alfredo, migrante cubano, quien junto a otro grupo de sus compatriotas no se han decidido a continuar por el peligro que representa ahora mismo atravesar el Darién.
“Hemos desmantelado una organización conformada por colombianos y ecuatorianos que organizaba el tráfico de migrantes hacia Estados Unidos. En los transportes que se hacían en barco se documentó la muerte de 10 niños y nueve adultos, estas personas pagaban entre 5.000 dólares y 300 dólares al Clan del Golfo y otros grupos armados”, manifestó el director de la Policía Colombiana, general Jorge Luis Vargas.
Las autoridades cuentan que en muchos casos los migrantes que llegan a este punto en el Darién, son cargados hasta con 25 kilos de coca en sus mochilas, como forma de pago de su travesía por llegar al norte.
Fuente: La Voz de América
