
Tardá ha sorprendido a los diputados proclamando que el 27S “vamos a votar y a darle una patada en el culo, democráticamente“. Cuando desde los escaños han protestado, Tardá ha contestado con un “tranquilos, tranquilos”.
D. Juan Tardá es licenciado en filosofía y letras, con lo que suponemos que conoce perfectamente el significado de la palabra culo y de la expresión en la que éste recibe un soberano puntapié; lo que no parece tan evidente es que el político catalán y catalanista, conozca los extremos de una mínima cortesía parlamentaria o de una sencilla educación y respeto a los demás. Si yo hubiese utilizado esa expresión en mi infancia, hubiera ganado un cachete de mi padre o, en versión materna, un solemne zapatillazo; las consecuencias de este tipo de actuación han terminado por ocasionar en mi un complejo conocido como “respeto a los demás”. Al margen de que no es admisible la utilización de tales términos por parte de un parlamentario en su actividad como tal, lo que traslada el Sr. Tardá es la naturaleza y condición de lo que pretende, sea un nuevo país de Europa. Me imagino al Sr. Blair, o a la Sra. Merkel escuchando la actuación de este señor y deseando incluir a Cataluña en el seno de la Unión Europea con entrada por la puerta grande y camino directo hacia la presidencia de la misma.
