Tardía reacción del Tottenham

El Everton se impuso 1-0 al Tottenham Hotspurs en un partido con una parte para cada equipo. El buen juego local en la primera mitad (con gol de Jelavic) superó por completo a unos spurs desdibujados. Tras recolocar sus piezas, los de Redknapp merecieron mejor suerte en el segundo período pero su empuje no fue suficiente para sacar ni siquiera un punto. 1-0 en Goodison Park.

Con la pesada losa de los últimos resultados a su espalda, afrontaba el Tottenham el partido de hoy en Goodison Park. La enorme remontada a la que le sometió el Arsenal, el claro triunfo del United en White Hart Lane hace una semana y la victoria del Chelsea apenas un par de horas antes contra el Stoke City obligaba a los spurs a realizar un buen partido, tanto en su discurso como en el resultado final. Un Everton muy irregular en esta liga y algo perdido en la clasificación pretendía continuar su buena racha en casa donde realmente se muestra como un equipo potente que defiende su feudo del modo más digno posible. El agradecimiento de la afición toffee con David Moyes se podía cuantificar hoy con la multitudinaria celebración de sus 10 años en el cargo. Una nueva leyenda en la ciudad de Liverpool.

Los Coleman, Drenthe y Cahill salieron en tromba a presionar a los spurs. El carácter de los locales impedía al Tottenham hacerse con el control. Empiezan a ser frecuentes las suplencias de Van der Vaart y los cambios de posición de Gareth Bale, algo que parece traer de cabeza a Redknapp. Poco le importaba eso al Everton, que fue gradualmente intensificando su dominio hasta encontrar el premio. Una trenzada jugada de profundización por la banda izquierda con un gran movimiento y pase posterior de Osman que acabaría rematando al primer toque Jelavic y poniendo así a los locales por delante en el marcador. Magnífica jugada con Leon Osman como principal conductor; su clase es tan indiscutible como su inconstancia.

Adebayor y Defoe parecían náufragos arriba; con Sandro y Parker luchando en el barro del mediocampo, el que parecía totalmente perdido era Modric. El cuadro negro lo terminaba de pintar Bale, peleándose contra su propia posición en el campo, pegado a la banda derecha. A pesar de ello, la inercia de equipo grande de los londinenses les impulsó a apretar a los toffees en la parte final del primer período pero sin obtener resultado alguno. El Everton estaba siendo mejor, gozaba de un criterio superior con el balón en sus pies y presentaba una actitud mucho más enérgica que su rival; los spurs completaban una lamentable primera parte a la espera de arreglar el desastre en la segunda mitad.

Al volver de los vestuarios, ambos equipos presentaron sus intenciones de pelea. La ya de por sí alta intensidad se elevó a extremos frenéticos. El Tottenham, por fin, tenía profundidad con el balón. Los desmarques de Defoe comenzaban a ser efectivos y el delantero gozó de un par de buenas ocasiones para empatar. Redknapp quiso complementar la delantera con la movilidad de Saha ante el mal partido de Adebayor. Tras casi una hora de partido, los spurs comenzaban a parecerse a sí mismos. Los nervios aparecieron en Goodison Park, las protestas al árbitro eran ya constantes en cada jugada.

Fellaini y Coleman empezaban ya a agobiarse ante el movimiento de balón del Tottenham, que olía el empate. Moyes metió a Rodwell por Drenthe para oxigenar el mediocampo e intentar perturbar a Modric, involucrado ya en el engranaje visitante. En la acera de enfrente, un tocado Van der Vaart sustituía a Sandro, buscando Redknapp recolocar a Modric y dotar a su equipo del talento necesario para remontar. Parecía tarde para que Harry arreglara las consecuencias de las piruetas tácticas que había intentando al inicio del partido.

Los dos equipos aceptaban la inercia de los roles a falta de veinte minutos. El Everton no rechazaba retrasar ligeramente sus líneas y buscar la rapidez de Osman y Jelavic mientras esperaba a los spurs. Pero nunca estuvo cómodo el Tottenham con el balón en sus pies; tiraban más los londinenses de puro empuje que de su maquinaria futbolística. Tras un gol bien anulado a Defoe, se marchaba el otro ariete puro sobre el campo. Notable partido el de Jelavic, delantero titular de la selección croata.

Los toffees tenían ya problemas con la acumulación de faltas en la frontal del área. El Everton comenzaba a aguantar como podía y no como quería. El acoso era ya una realidad. Con Bale en la banda izquierda, Modric en la mediapunta y Van der Vaart omnipresente, el asedio del Tottenham se había vuelto constante y sin apenas opciones de contragolpe para el Everton. El holandés había revitalizado a su equipo por completo y la cara del partido había cambiado totalmente.

Multitud de balones colgados, un remate de Saha al palo, protestas por una posible mano de Baines…los cinco minutos de descuento darían mucho de sí pero la justicia de la segunda parte perdería ante los méritos locales del primer tiempo. Victoria mínima del Everton que le tranquiliza en la parte media de la tabla ante un Tottenham que se descuelga casi definitivamente de las primeras plazas y se resigna a pensar en la lucha ante Chelsea y Arsenal por el tercer puesto. 1-0 en Goodison Park.

Tottenham Hotspurs: Friedel, Walker, Kaboul, King, Assou-Ekotto, Bale, Sandro, Parker, Modric, Defoe y Adebayor

Banquillo: Cudicini, Nelsen, Livermore, Rose, Saha, Van der Vaart y Kranjcar

Everton: Howard, Neville, Heitinga, Distin, Baines, Coleman, Fellaini, Osman, Drenthe, Cahill y Jelavic

Banquillo: Mucha, Jagielka, Hibbert, Rodwell, Anichebe, Gueve y Stracqualursi

Goles: Jelavic (22´)

José Manuel Portas (@JosePortas)