Revista Política

Tarjeta roja al humor rojo

Publicado el 15 marzo 2010 por Basseta
Acabo de llegar del Pleno, un Pleno que parecía interminable y que finalmente ha terminado como el "Rosario de la Aurora". Me hubiera gustado extenderme comentando el fracaso del equipo de gobierno en la Modificación Puntual 7.2 (la Consellería la ha rechazado de plano por varios motivos), o el debate sobre Presupuestos (del que Granero pensaba que no saldría vivo), o de la estrambótica moción de Pilar Ortega sobre los baremos de la Ley de Dependencia (que entre Susana Hidalgo y yo le hemos convencido de que era mejor dejarla sobre la mesa y estudiarla a la luz de las novedades legislativas recientes), o de los ruegos y preguntas que he presentado.
Pero lamentablemente, hoy he asistido a una extraordinaria e insólita demostración de autoritarismo en el peor sentido del término. Y voy a utilizar los términos de mi amigo Vicente para referirme a "esta alcaldesa", que me ha amenazado con expulsarme del Pleno por recordarle que se estaba yendo por las ramas, que ha expulsado a una persona del público por manifestar una opinión y que ha hecho todo lo posible por tensar la cuerda con mi compañera Susana Hidalgo hasta que se ha inventado una justificación para expulsarla del Pleno.
Suele resultar habitual que, mientras alguno de los Concejales interviene a micrófono abierto, el resto hablemos entre nosotros en voz baja (a algunos, a veces, el tono de voz nos traiciona). Lo hacen los del PP, los del PSOE, el de ADI'i y el que esto escribe, pero sólo hay una persona que no tolera escuchar estas conversaciones que podríamos llamar "privadas" o "confidenciales": esta alcaldesa. Y esta alcaldesa que tenemos en Ibi, tras permitirse el lujo de comparar el espectáculo de Dependents a Escena (donde actuó Xavi Castillo) con el de  la inauguración de la Semana Solidaria (donde Faula Teatre nos emocionó a todos), afirmó que este último si que había tenido "dignidad" (bueno, no recuerdo exactamente la expresión, pero lo cierto es que Susana Hidalgo no se ha podido aguantar y le ha dicho a su compañera "Qué cara más dura" o algo así).
Tras afirmar, indirectamente que el espectáculo de Dependents a Escena no había sido digno, esta alcaldesa consiguió lo que estaba buscando. No se ha molestado ni en llamar al orden a Susana (que suele ser habitual que haya alguna llamada al orden antes de la expulsión), ha dictado Sentencia en ese momento exigiendo que abandonase el Pleno, aunque ha tenido que intervenir la Policía Municipal porque Susana no se marchaba voluntariamente (bueno, sus compañeros le pedían que no lo hiciese). Cuando los agentes de la Policía le han requerido para que saliera, sus compañeros del PSOE han hecho lo mismo.
Os aseguro que la vergüenza ajena que sentía en ese momento me impedía reaccionar. ¿Qué hago? ¿Me quedo o me marcho?
Lo he pensado durante 30 segundos y he decidido marcharme yo también. Antes de irme le he dicho a esta alcaldesa que ella, en sus entrevistas en Radio Ibi dice cosas mucho peores y los demás las tenemos que aguantar.
Vaticino que, igual que en su día Vicente García cayó en la provocación de esta alcaldesa y la expulsó del Pleno, hoy esta alcaldesa ha empezado a escribir el último capítulo al frente de nuestra Corporación. Este tipo de autoritarismos cuestan mucho de justificar y la opinión pública no perdona algunas actitudes tan dictatoriales.

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