"Estamos diseñando un objeto artificial que pueda vivir como nosotros como un nuevo compañero. Un robot que nos recuerde la naturaleza humana que casi hemos olvidado". Estas palabras son del creador de Posy, un robot con cierto aire delicado. Los humanos nos dejamos llevar por nuestros sentidos y cuando pensamos en robots, imaginamos objetos con movimientos torpes a la vista y de diseños más que dudosos. ¿Pero que pasa cuando a un robot se le dan formas redondeadas, suaves, agradables? Matsui considera que todo lo que genere emoción, puede (existe la posibilidad de) ser interpretado como algo vivo. De momento Posy, tiene la apariencia de una niña de 3 años, que sólo sabe preparar ramos de flores y entregárselas a quien le rodea, pero ya nos genera esa simpatía, puede que sea un primer paso y quien sabe si más adelante no compartiremos nuestro día a día con ellos y de ser así, que al menos no se parezcan a una tostadora ¿no creeis?