En un contexto social en el que mujeres y hombres están adquiriendo conceptos como el amor propio y el autoestima, se encuentran al mismo tiempo luchando con inseguridades de su cuerpo. Una de ellas son las cicatrices, heridas ya sanadas pero que convierten en un recuerdo para siempre de un evento que pudo o no ser traumático. Esta huella en el cuerpo además de ser difícil de ver, puede estar afectando emocionalmente a quien la tiene. En el caso de las pequeñas, hay quienes han optado por día a día maquillarlas pero es ahora cuando los tatuajes resultan ser una opción para aceptar la piel que habitan y alejar las inseguridades.
Actualmente, el cáncer de mama es el más frecuente entre mujeres a nivel mundial, siendo parte de sus tratamientos la mastectomía, operación que extirpa parte del tejido mamario o en su totalidad dejando una gran cicatriz. Otra de las cirugías que son comunes en las mujeres son las cesáreas que en Chile representan el 59% de los partos. Paulina Aballay, tatuadora chilena, ha sido testigo de ello siendo los dos tipos de cicatrices que más trabaja. “La mayoría de mis clientas son mujeres, entonces me llegan hartas consultas para tapar cicatrices de implantes, reducción mamaria, abdominoplastia, cesáreas, mastectomías, entre otras muchas más. La mayoría de mis clientas se tatúan sobre cicatrices que no son visibles para el resto, entonces es un proceso súper personal, porque no tienen que ver con cómo las ven los demás o con taparlas para el resto, sino que es hermosearlas para ellas, para mirarse al espejo y ver algo que les agrada en lugar de una una incomodidad que les recuerda algo que no fue grato en su momento, y ver el resultado y que para ellas es realmente un cambio súper importante es muy gratificante”.
Esta forma de embellecer las cicatrices es una tendencia que se puede observar en Pinterest con inspiraciones que van desde lo sutil a lo cómico, ayudando en este proceso de aceptación. Respecto a la técnica y ejecución, Paulina, @polyaballay en Instagram cuenta que cuando se encontró con estos casos estudió pero que lo más importante es el trato con las y los clientes. “Aunque siempre es importante para un tatuador que tu cliente esté feliz con el resultado, cuando son casos así hay una emoción más grande involucrada. He tenido varias clientas que llevaban años pensando en tatuarse, y no lo hacían porque les daba vergüenza que alguien más las viera, entonces es un trabajo importante, y súper bonito para mí al menos. Siempre estoy haciendo el llamado en mis redes sociales a que me contacten si quieren hacerse algún tatuaje de este tipo, siempre tienen prioridad para mí y me ajusto al presupuesto que mis clientas tengan”.
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