Revista En Femenino

Tatuaje rellenado

Por Peineta

Viernes, cerramos semana y yo relato, si has caído en este post así de primeras, te recomiendo que primero te pases por aquí, por eso  que  tenga sentido lo que lees y no pienses que estoy más zumbada de lo que ya aparento.

Gine 8

Nos quedamos en el momento me encojo cual conejo en el parking, me monto en el coche, donde como supondréis no puedes meter la pelotita de marras para sobrellevar las contracciones, poquito me falto para hacer saltar el airbag y agarrarme a él como si no hubiera mañana. Mientras tanto el gorila con una parsimonia de acojone, llamó a la madrina y le comunicó que no iba a hacer ningún tacto antes de la pelu, porque “la histérica” de su amiga, o sea yo, quería ir al hospital, ya ves ni media horita ha podido esperar (mi mirada ante esta frase debió de ser tan destroyer que no habló hasta llegar al hospital).

Dicen que es importante vocalizar en las contracciones, pues eso hacía yo cuando llegué al hospital, según me venía una desde el parking gritaba :quierooooooooooooooo la epidurallllllllllllllllllll, oye y ni tan mal ¿no?. Volvimos a pasar por el registro de urgencias y entonces te toca la mary-flower de turno, que te ve con tu “street stytle parto”, tu barriga tridimensional y tus soplidos, pero tiene los santos cojones de preguntarle al gorila, la razón de la visita.  Yo creo que mi querido compañero me vio venir y según me vio acercarme cual miura a la mesa, espetó: estamos de parto. Estamos, el muy jodío lo pluraliza, viva la igualdad de género!!!

Cuando subimos al matadero, perdón zona de paritorios, aparece una niña de medio metro, con bata blanca y cara de RESIDENTE  de primer año. Me pasa y me hace un tacto en una mini sala tipo almacén donde entré en modo diagonal. Salimos y se dirige al  gorila, ahí ya me estaba calentado, que la del parto era yo, en un catalán suave y ligerito le propuso que me llevará a dar una vuelta al centro comercial de al lado porque no estaba ni dilatada.

Me giré y la miré seriamente mientras agarraba al gorila del cuello y le susurro-grité en euskera:

- Dilé a esta, que al centro comercial va ir su p….madre, que como no me entre a monitorizar estas contracciones y me busque algún tipo de droga, la que va a dilatar es ella pero por detrás. (Lo sé, no tengo perdón pero no entendía euskera)

El gorila versionó:

- Dice que quizás prefiere esperar aquí porque no puede más, está muy dolorida (en diplomacia no le gana ni el tato)

Entonces se abrió la puerta del paraíso, o eso nos dicen en el cursos preparto, donde un monitor le confirmó a la ñoña esa y a su adjunta de servicio que mis contracciones eran de una escala no considerable para no dilatadas, vamos me soltó: puff tienes contracciones de parto y no está ni dilatada, miraré cómo hacer para ponerte la epidural aunque solo este de 1-2. En ese momento no le besé el culo a aquella mujer porque no me daba con la panza que tenía delante.

Me quité mi mugroso chándal y a partir de ahí comienza tu momento Interviú, pero sin previo pago, prepárate a enseñar tu culo, chichi y tetas y lo que toque a todo el que pase por tu paraíso terrenal, es decir cuarto de paritorio. Vamos que lo de grabar el parto a mí no se me ocurre. Cuando ya había autorizado al gorila que firmara todo tipo de papeles donde pusiera que hicieran con mi cuerpo lo que quisieran, sí hombre tu sabes que los de las batas blancas son especialistas, pero además les tiene que decir, “no pienso protestar ni decir ni mú si la cosa no va bien porque tú y sólo tú harás lo que proceda”. Yo le dije al gorila, mira yo lo que quiero es que me consigas droga, aunque sea un porro pero algo que calme este dolor por dios.

Entonces se abrió la puerta y entro ella, la diosa divina, la venus de la maternidad, la mejor sonrisa que has visto en tu vida, todo este azúcar ñoño es para describiros a la ANESTESISTA, que dijo con ese suave acento:

-Che papi, abandonamos un rato la habitación tengo que estar a solas…

Yo contagiada por el  entusiasmo rematé:

-Papi, lárgate, esfúmate, matate boludo llego la droga desde el mismito mar de plata.

A partir de ahí, me pinchó de lujo, me dejó una toma cojonuda para que me fueran añadiendo, y por arte de magia y necesidad humana, me dormí. Sí señores, dormí durante tres horas, cual morsa encima de aquella camilla con mis carnes desbordas a ritmo de ronquidos sublimes que el gorila grabó amablemente en su móvil, mientras la pantalla monitorizaba contracciones de pico tipo cordillera del Everest. Alguna vez que otra le oí responder al aitona, por supuesto mi padre debía flipar, primero cocina y ahora duerme, olé los cojones de mi hija.

Después de catorce horas totalmente drogada dentro de aquel cuarto con una tele de plasma que ni en mi casa, pero que no funcionada, y una familia política a la que yo no había avisado, presionando en el exterior del paritorio, el monillo coronó y en ese justo momento la ginecóloga decidió dejarme con el ahí, cual tapón (primer paso para perder tu suelo pélvico). La madrina de la criatura y gine, estaba siguiendo el parto vía móvil retrasmitido por el gorila, fue espectacular los tecnicismos que llego a usar , tipo lo tiene en el segundo nivel, ha pasado ahora el aro de fuego, está en coronación, este se creía que estaba en la final de la champions. A las 8.50 escuché un grito desde su móvil en euskera diciéndome: animo campeona en cuatro lo sacas. Y así fue, entró el equipo de la maniobra empezaron con los pujos y yo vi que la matrona pretendía que aquello fuera despacito y sabe que señora, que llevo catorce horas aquí que mi hijo podía haber nacido a las siete si no hubieran ido a atender las 500 cesáreas programadas, así que lo saco por mis santos ovarios en este pujo sí o sí.

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Viñeta de Forges, superando expectativas

No lo negaré lloramos de emoción pero sobre todo flipamos, el monillo era previo pronóstico genético un bebe burka, pa esconderlo, vamos feo o eso me decían mis cuñadas por los antecedentes. Pero nooooo el gorila sólo repetía, es súper-pocholo, tiene ojos azules, mira que flipada, el equipo ginecológico se moría de la risa. Y la madrina confirmó que para ser un parto vaginal era bien guapo y que ella de eso sabía un rato.

No me pregunten más, porque no pude tenerlo más en brazos, perdí el conocimiento había perdido mucha sangre y más cosas como espátulas de Thierry y cosas que no supe hasta leer mi informe. Cuando me desperté estaba con oxígeno, mi hijo en brazos de su padre y la gine y el residente seguían en mis bajos, haciendo nadie sabe qué….pregunté pero obtuve respuesta de niño, esa de tranquila no pasa nada tu relájate mañana tú ginecóloga te lo contará. Por los susurros pude deducir que no podían coserme por dentro, que mis membranas estaban deshilachadas. Salí de aquel paritorio con mascarilla de oxígeno y drenaje chochil, tubo por arriba y otro por abajo, un niño precioso a mi lado y un suelo pélvico que no pudo acompañarme, que se quedó allí en aquel paritorio metalizado donde viví 14 horas, ese fue mi precio. ¿Valió la pena? Pues sí, como no va valerlo, podría haber sido distinto, pues quizás, sólo sé que sufrí depresión post parto y que empezó en el umbral de mi habitación del hospital.

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El bombonazo que me dieron a cambio de mi “Parquet flotante”

Moraleja: El parto puede ser maravilloso, yo no digo que no, pero no todo el mundo lo vive igual y sobre todo no todo el mundo tiene el mismo cuerpo, la misma resistencia al dolor, es decir hay partos pedo y partos estreñidos. Pero esto hay que decirlo sin tapujos. No eres peor ni mejor por usar la epidural, ni por tener una cesárea. La recompensa para todas será la misma, un gran bebe que te mira con sus ojazos para que lo cuides como mejor puedas. De todas formas, creo que el parto es algo muy personal y se debería de hacer un esfuerzo por parte de los equipos médicos y hospitales ya sea públicos o privados por humanizarlos, pensar que las primerizas no sabemos a qué nos enfrentamos, que muchas pensamos ciegamente en ellos, pero que quizás a veces no todo es pura matemática ni estadística. Por último espero que en este país las mutuas y la seguridad social empiecen a cubrir todo lo relativo al suelo pélvico con menos restricciones y le den la importancia que se merece, que es mucha.  Y sí, hoy al escribir estas líneas he llorado un poco, pero sé que eso no va impedir que algún día pueda volver a repetir la experiencia, juego con ventaja ya no pueden cargarse el suelo pélvico porque no lo tengo, quizás aprovecho quirófano y pido que me pongan una nueva sonrisa vertical

;-)


Tagged: De como parir y no morir en el intento, La anestesia es la reencarnación de dios todopoderoso, los partos deben de ser humanos y cercanos, para bien o para mal, son una experiencia única e inolvidable, terapia cerrada
TATUAJE RELLENADO
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