La razón por la que digo esto es porque la pasión por un deporte implica unos valores que adopta uno mismo y que perduran a lo largo de la vida: dedicación, esfuerzo, pasión, competitividad, entrenamiento, filosofía de vida, etc. Sin embargo, cuando te tatúas un nombre que pertenece a un momento puntual de tu vida o unas pasiones florecientes puede que te arrepientas más adelante o incluso detestes esa parte de tu cuerpo por haber confiado o creido en la perdurabilidad de las acciones. No me hacen gracia los tatuajes pero si me planteara realizarme uno sería en un lugar insospechado y algo así:
