Tautología

Asisto como un fervoroso creyente
al desfile de prodigio de tus días
puntual al recuento nocturno
de lunares, cicatrices y costillas
a la puntería infalible de tu lengua
al instrumento onírico de tu vientre
al lúgubre abrazo fofo del silencio
que reverbera su latido de vacío
como el llanto de una plañidera vieja
en otro plano inasequible 
al torpe oído humano
mientras desciendo resbalo devengo
en alguien tan parecido a mí mismo
que es mil veces desemejante yo otro
yo travestido de tu ausencia feroz
galaxia devorada todavía con hambre
reducido al futuro e improbable instante
en que vuelvas a entrar por esa puerta