Revista Cine
Creo que hay una muy remota posibilidad que las visitas habituales de este bloc de notas no hayan tenido la ocasión de ver los títulos de crédito de una película que se estrenó en España en 1970 y tampoco los minutos que les siguen.
En cualquier caso, puede resultar interesante darles un vistazo mientras se escucha la sintonía que compuso el notable Claude Bolling que entiende a la perfección la época y la temática.
Los títulos de crédito no son nada del otro mundo aunque nos introducen en el submundo del hampa marsellesa con mucha economía y nos ubican en una época pretérita:
Para el cinéfilo esta película de Jacques Deray puede resultar interesante por diversos motivos:
El veterano percibirá rápidamente que el entusiasmo de la fecha de su estreno se ha enfriado notablemente, a buen seguro porque la pareja protagonista, Delon y Belbel, hace tiempo que han sido apartados de las carteleras y ya casi nadie se acuerda de ellos, ¡maldita sea!, y resulta más confortable recordar la sólida belleza de Catherine Rouvel, inmarcesible.
La juventud descubrirá que, antes del inolvidable ejercicio melancólico llevado a cabo por una dupla estadounidense que ya vimos aquí, los franceses, como en otras ocasiones, fueron los primeros en proponer una historia de simpáticos delincuentes, y, además, sin complejo alguno acudieron a beber a las fuentes del genuino ragtime.
Lo malo es que Deray no supo quitarse de encima la mala influencia de un actor metido a productor y de otro deseoso de compartir plano al cien por cien, cuestión ésa que siempre acaba perjudicando el producto final.
Véase una de las primeras escenas, demostrativa del excesivo peso actoral que acaba lastrando el conjunto al maniatar excesivamente las buenas maneras del que teóricamente debería haber mandado:
Hubo una secuela, cuatro años más tarde, que resultó, como en muchas otras ocasiones, innecesaria.