Revista Cine
La mayoría de los títulos de crédito son iniciales, es decir, que suelen preceder a una película, como por otra parte es lógico, ya que actúan a modo de presentación de lo que nos disponemos a ver, indicando, someramente, los intervinientes con más importancia o caché, dejando para el final a todo el resto de atribulados participantes en el conjunto.
En otras ocasiones, los títulos se trasladan directamente al final, pues la película se inicia sin mayor preámbulo, como ocurre cuando no hay intérpretes a los que dar satisfacción de su ego particular.
Si en muchas ocasiones los titulos iniciales pasan desapercibidos y caen en el olvido, ni contar quiero lo que ocurre con los títulos de créditos que aparecen al final, tratados por casi todos de la peor manera: cuando no se levanta el público impidiendo su tranquila visión, algún apresurado maquinista llegar a encender las luces de la sala y cortar por lo sano, así que se me ha ocurrido que, a pesar de ser recientes, puede que sean pocos los que hayan visto los títulos de Wall-E: