Te acompaño en el sentimiento

Te acompaño en el sentimiento. Solemos utilizar esta frase cuando alguien fallece y el accidente de estos días la ha traído a mi mente.

Te acompaño en el sentimiento.

Respeto tu dolor y lo honro. Te ofrezco mi hombro para que puedas descansar. No te meteré prisa. Respetaré tus tiempos. Seré el abrazo que necesita tu corazón roto.

Te acompaño en el sentimiento.

Me uno a ti en la celebración de la vida. Todo parte de ella y vuelve a ella. Nunca nada se pierde.

Te acompaño en el sentimiento.

Sostengo la luz para ti en este momento en que no puedes verla. Enciendo una vela como recuerdo de aquello que está más allá de las palabras.

Te acompaño en el sentimiento.

Te ofrezco un espacio donde tu dolor pueda ser sanado. Sostengo tu mano. Me convierto en el cielo donde el dolor es acogido y puede moverse libremente.

Te acompaño en el sentimiento.

Te presto mi silencio. En el nos encontramos, al otro lado del dolor, unidos en un mismo propósito. El Amor que nos trajo aquí nos arropa y consuela, y nos encontrará allí donde estemos.

Miles de ángeles nos rodean y nos prestan sus alas.

Descansa en paz, decimos, como un recordatorio de que siempre estamos mecidos por el vaivén de su aliento.

Te acompaño en el sentimiento.

Amen (así, sin tilde).