Diversión, sorpresa y hasta surrealismo
Ana Grandal demuestra dominio del ultracorto, narración hiperbreve o como lo queramos llamar en Te amo, destrúyeme, breves piezas de prosa exacta que sugieren más de lo que cuentan y que continuamente rompen las expectactivas del lector por medio de giros bruscos, sinsentidos o situaciones absurdas. Seguramente tan absurdas como las realidades que los inspiran. Puede que el oficio de traductora ayude a Grandal a emplear las palabras justas, algo que sabemos hacer los que cobramos por palabras.El propio título del libro lo indica: trata más los desencuentros que los encuentros entre hombres y mujeres, pero no tanto desde un prisma dramático como buscando la diversión, la sorpresa, el contraste, incluso la crueldad o el surrealismo.No puedo dejar de destacar la labor de la ya veterana Amargord ediciones, que siempre ha apostado por libros difíciles como el presente, que por contenido, formato u otras razones de tipo industrial apenas tendrían cabida fuera de este sello o de alguno parecido. La última palabra la tienen los relatos de Ana Grandal, de los que me permito citar uno de tantos desenlaces:
Mientras la besa con fuerza en la mejilla, sus ojos se desvían para clavarse en la mirada de la otra mujer sentada enfrenteAmargord, 2015Compra onlineDavid G. Panadero