¿te cuesta sonreir?

Como a ti, a mí a veces me cuesta sonreir. Muchas personas se asombran de mi capacidad de desear cada día ánimos y que empieces cada día con alegría, como suelo hacer. Y tienen razón en asombrarse, pues nuestro mundo no invita a tener energía positiva ni, mucho menos, a compartirla con los demás. Diría que, incluso, invita a lo contrario!

Como suelo decir, todos tenemos problemas de todo tipo… pero una mala cara no los soluciona! Si solo fuera capaz de concentrarme en ellos, muchos de éstos no los resolvería! Si puedo, en cambio, intentar solucionarlos uno a uno… y, mientras lo hago, poner buena cara y hacer mi presencia agradable frente a los demás! ¿Te has fijado el rictus serio y de desánimo de muchas personas? ¿Te has dado cuenta de que muchas personas solo hablan de la crisis y de sus problemas, a la primera de cambio? ¿Has visto, por casualidad, cómo la gente por la calle está crispada y desata su ira, a la menor oportunidad que se les presenta?

El riesgo de ser optimista o de poner buena cara ante las dificultades no es otro que el que te tomen por loco o por ignorante. Es posible que tengan razón los que creen que soy un idealista o un soñador, que vivo ajeno a la realidad… o que no entiendan que una mala cara no acaba por solucionar mis problemas. ¿Por qué entonces llevar esa mala cara puesta siempre? ¿Tal vez me haría sentir -ante los demás- más interesante, inteligente o serio ante la vida? ¿Mi mala cara expresaría mi capacidad de gestión… o solo mi obsesión por concentrarme en los problemas, en vez de hacerlo en sus soluciones? ¿Una buena cara no expresa mi confianza en mí mismo, en los demás y en la vida?

Yo mismo, como cualquier ser humano, tengo dos opciones en mi día a día. Poner cara de manzanas agrias o poner buena cara ante las dificultades! O lo que es lo mismo, pensar en los problemas o en sus soluciones, respectivamente! De la opción que elija, no dependerá ni cuestionará mi capacidad de gestión de las dificultades, sino que, simplemente, hará más agradable mi día y me sentiré mejor conmigo mismo! Qué duda cabe que se me acercarán personas que, como yo, celebran la vida… y se alejarán los que, tildándome de loco ignorante, llevan solo a cuesta sus problemas y su mal humor! Pero es que en mi vida no tiene cabida cualquier persona, asi que hoy elijo a quien creo tiene derecho a compartirla conmigo!

¿Por qué nos cuesta tanto sonreir? Siempre hay alguna razón para hacerlo, por minúscula que sea… Con el tiempo, como yo, aprenderás a sonreir sin motivos aparentemente relevantes… y a invitar a los demás a hacerlo, contigo! En cualquier caso, pienso que lo peor que me puede pasar al sonreir es que me devuelvan otra sonrisa!

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