Desde hace unos años, son muchas las empresas que nacen, se reproducen y fusionan entre ellas y las que más, mueren en el olvido. Pero vamos a hablar de aquellas que por lo curiosa que es su iniciativa, merecen ser nombradas. La última ‘perlita’ empresarial de la que he recibido información es “Idump4u” (lo que traducido al español viene a ser algo así como: yo abandono por ti).
No se piensen ahora que soy tan cruel y voy a hablar de una empresa que se deshace de los animalitos que nosotros no podemos abandonar. No es el caso, es solo una compañía que se encarga de dejar a nuestra pareja por nosotros. ¿A qué es menos grave? Pues lo que es, es inmaduro más bien. Pero su creador Bradley Laborman no lo piensa así puesto que según su criterio, hay mucha gente incapaz de terminar una relación y eso se traduce en una pérdida de tiempo considerable si ya no quieres estar con esa persona.
Además, este buen señor ha pensado en todo y ha creado diferentes tarifas dependiendo de la situación del cliente o clienta. Éstas varían según qué clase desde, 10 dólares para una ruptura estándar, a lo que sería iniciar un divorcio que vendría a costar más o menos, unos 50 dólares. Pero para dar aún más muestras de ser una empresa seria, Idump4u sólo actúa si se verifica que el interesado tiene una relación con la persona que desea dejar y es necesario además indicar el motivo por el que desea dejarlo.
Yo y no por cobardía, sino solo por pura investigación periodística, he de decir que ya he utilizado el servicio y es una maravilla puesto que me ha ahorrado mucho tiempo y costado poco dinero. Mi caso era de los considerados, término medio y constaba de deshacer una ruptura formal, lo que sólo me costó 25 dólares. La razón que di, en plan confianza a mi asesor de abandono, fue que no aguantaba que mi novia me raspara con su bigote cuando me besaba.
Lo que nunca pensé fue que mi razón sería la razón que ellos utilizaron para justificar mi decisión de abandono. Por lo que ahora tendré que estar escondido durante 5 ó 6 meses a ver si a mi novia, una vikinga de 2 metros y con una espalda más ancha que un carril bici, se le pasa el enfado y me permite seguir viviendo. Y encima perdí 25 dólares. Eso es lo que me pasa por confiar en las empresas de nueva creación.
Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…