Revista Cultura y Ocio

Te encontré en el desván. Miguel Ángel Zambrano

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Te encontré en el desván. Miguel Ángel Zambrano
     "-Niña, ¿qué estás haciendo, qué llevas ahí escondido? -me preguntó el abuelo Miguel, al sentirme pasar de manera silenciosa a sus espaldas."
     Me gustan las historias que hablan de vidas, las que me creo y acaban por seducirme, y poco me importa si es un escritor laureado o desconocido. Hoy traigo a mi estantería virtual, Te encontré en el desván.
     Conocemos a Azucena, una niña que pasa tiempo en casa de su abuelo Miguel. En una de esas visitas realiza un sorprendente hallazgo, unos cuadernos en los que el abuelo al jubilarse fue escribiendo su vida. Hoy, el abuelo de Azucena tiene alzheimer, y juntos gracias a los cuadernos, rescatarán del olvido la vida de este hombre. Una vida que comienza cuando su madre le deja en el hospicio junto a su hermano, no por no quererlos, sino para que tuvieran comida, y que recorre toda una vida de guerra, hambre, risa y mucho cariño.
     Pareciera que hay personas que están esperando a recibir un empujón para comenzar a escribir. Y este es el punto exacto en el que la historia que os traigo hoy es real. El autor es quien realiza el hallazgo y decide realizar un homenaje a su abuelo escribiendo la historia de los cuadernos, novelando una realidad que, por la época, es la de muchos, y consiguiendo así dar voz a muchas personas que, por no ser ni héroes ni antihéroes, no aparecen en las páginas de la historia de nuestro país. Y para ello utiliza a Azucena.
     Con un estilo sencillo, Zambrano deja al lector una historia de vida. comenzamos cuando nos presentan a Miguel y nos despedimos de un amigo con el que hemos hecho todo un recorrido completo. Lo cuenta además de forma cercana, sin artificios ni sentimentalismos excesivos, otorgando fuerza al realismo de las palabras que ha utilizado en su historia. Realmente el lector, incluso desconociendo el origen de la novela, es capaz de escuchar la voz del pasado reciente y las heridas abiertas; pero no os confundáis, no son heridas políticas, de bandos ganadores o vencidos, son heridas provocadas por aquello que uno se va dejando en el camino y también por los buenos momentos que pasaron y no volverán. Además, y esto es importante, nos obliga a fijarnos en el alzheimer, una enfermedad terrible que termina por borrar quienes somos y nos representa también a una sociedad que parece sufrirla olvidando a muchas personas, aunque sea de manera consciente esta vez. Personas que no aparecen en los libros, pero que pasaron por hospicios, corrieron, escucharon sonar las bombas y amaron. Personas como cualquiera de nosotros cuyas historias comunes nos resultan tan familiares que terminan por conmovernos. La fortaleza de la madre de Miguel, por ejemplo, testimonio de tantas mujeres que tuvieron hijos en aquella época y lucharon como leonas, las buenas personas que se va encontrando uno en el camino, no solo las malas, porque el autor deja un testigo de positivismo en su novela que es fácil reconocer, y seguir.
     No sé vosotros, pero yo cuando leo las palabras Guerra Civil en una historia, suele darme un poco de pereza por no decir miedo meterme en ella. No me gustan las políticas que me empujan al pensamiento dirigido del narrador. El problema es que una época acoge tantas historias como vidas sucedieron en ella, y muchas merecen la pena.
     Y vosotros, ¿hay algún momento histórico que procuréis evitar en vuestras elecciones?
     Gracias.

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Por  Laura Arena
publicado el 27 noviembre a las 11:30

Gracias por esta gran reseña. Realmente he leído este libro y me parece de una gran sensibilidad. Saludos.