Te espero, escondido tras el deseo que se come los segundos que tardas en llegar. Te espero, con la piel erizada de caricias que se traerán tus dedos. Te espero recordando imágenes que todavía no han pasado, pero que dejarás en todos mis rincones… tus besos en mis labios, tus dedos navegando por mi piel, tu cuerpo acomodándose entre sábanas revueltas. Espero cerrar los ojos y oler el limpio de tu pelo.. Te pareces al reloj, con tus brazos ejerciendo de manillas. Si me abrazas son las 12 en punto. Haces del tiempo un círculo vicioso en torno a tu presencia. Espero tu nombre y apellidos, tus recibos, tus cosas sencillas, tus miradas y frases, tus gestos simples. Y espero tu cuerpo, y mis labios te esperan. Espero el momento de que mis brazos completos si te abarcan, que huyan los espacios vacíos, las esquinas, las sombras, los escondites, los agujeros, lo oscuro y frío. Espero a desplazarme lentamente en el agua de tus besos, mientras todo confluye al mismo sitio. Te espero para entrar en tu interior y quedarme quieto, para moverme tras de ti y echar vistazos a los pliegues que dejan en tu rostro las sonrisas. Te espero al doblar la esquina de una sonrisa y al otro lado de mis ojos. Te espero siempre que no estás, y si estás espero que nunca tenga que esperarte.
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