Revista Coaching

¿Te estás extralimitando en tus funciones?

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

¿Te estás extralimitando en tus funciones?

Por Raquel Bonsfills

¿Te han dicho alguna vez que te estás extralimitando en tus funciones, que eso no te corresponde hacerlo a ti o que no tienes la categoría para hacerlo?

Recientemente he acompañado en un proceso a una persona que lo que está viviendo es justo la sensación de que, por ayudar y sacar adelante trabajo, se ve envuelto en discusiones que acaban con la frase: "estás extralimitándote en tus funciones".

Yo misma lo viví hace muchos años. Sin pensar en que hacía nada malo, sino ayudar a un compañero que no llegaba a todo, me ofrecí a ayudar ya que no entrañaba ninguna dificultad para mí y tenía el tiempo que mi compañero no tenía, con lo que me lo delegó. Sin embargo, mi jefe en aquel momento se molestó muchísimo, diciéndome que qué me creía yo, que no tenía la posición para desempeñar esas funciones.

La semana pasada en nuestro blog os hablamos de la proactividad como una de las capacidades más demandadas en las empresas por su importancia para anticiparnos a lo que nos pueda demandar el entorno. Pero en la realidad, frenamos y castigamos la iniciativa de muchos trabajadores. ¿Por qué?

2 miradas: desde el trabajador y desde el responsable directo

Vamos a ponernos en dos puntos de vista, aportando nuestras 2 miradas:

Desde el trabajador:

  • Surge una oportunidad. Cuando un trabajador sabe ver una oportunidad ya es de valorar. Normalmente estamos centrados en nosotros, en nuestro trabajo técnico y se nos olvida mirar más allá. Por eso, solo el hecho de levantar la cabeza y prever, conectar ideas como para detectar que hay un filón por el que se puede lograr algo positivo, es una habilidad que merece ser reconocida.
  • Siente que puede. Es cierto que hay personas que son algo temerarias y se tiran al vacío sin paracaídas. Efectivamente eso tendrá después consecuencias. Creer en uno mismo y sentirse capaz es hoy algo a fomentar. La baja autoestima lleva a no atreverse por no sentirse suficiente: suficientemente valioso, suficientemente capaz, suficientemente querido... Así que, si alguien siente que puede, no le pongas en duda, solo hazle asentar las bases para que vaya con el punto de precaución mínimo necesario o hazle ver lo que no ve por sí mismo para que vaya mejor preparado.
  • Tiene la capacidad para hacerlo. "Si no sabes a qué te metes" Este dicho popular suele ser conveniente, aunque solo lo solemos decir cuando vemos el resultado y no ha sido el esperado. Si hubiera salido bien, no lo diríamos, más bien nos sorprenderíamos gratamente. Y, además, si no empezamos a practicar, nunca sabremos, con lo que en algún momento hay que hacerlo regular para llegar a hacerlo bien. Además, cuando conocemos al trabajador en cuestión podemos saber si es una de esas personas ocurrentes, creativas, generadoras de ideas, lúcidas, visionarias y con bases de conocimiento y habilidad, o si, por el contrario, es del tipo temerario que se obceca con algo y no hay quien le pare hasta que lo que se propone no caiga por su propio peso. Con lo que según sea el caso, sabremos lo que hacer. Una idea es permitir que el visionario dé sus ideas a quien tenga el conocimiento para que las ejecute o formarle para que, ya que lo realizará él, que lo haga de la mejor forma posible. Analizar las propuestas siempre será bueno.
  • Querer. Hablamos continuamente de que hagas lo que hagas, hazlo con pasión. Disfruta de tu trabajo porque así lo harás mejor. Y un montón de frases más a este respecto que lo que nos vienen a decir es que cuando quieres hacer algo, tu motivación es mucho mayor, superar obstáculos se hará más sencillo y actuar con determinación te llevará más lejos. Por eso querer ayudar, estar viendo que hay un trabajo que hacer y ponerse a hacerlo porque quieres, ¡es un regalo!
  • Asegurarse que lo propio esté hecho. La voluntad de ayudar al prójimo puede pesarnos cuando por atender al otro desatiendo lo mío. Tanto a nivel personal como laboral. Es maravillosa la generosidad y la solidaridad y también es importante la responsabilidad con uno mismo, con cubrir las necesidades propias o alcanzar los objetivos de cada uno. No es necesariamente lo uno antes que lo otro porque eso va en personalidades. La idea es que se puede compaginar con una buena gestión del tiempo y según las prioridades de cada momento.

Desde el responsable directo:

  • El trabajador que se propone ayudar no es una amenaza. Revisa tus pensamientos sobre las personas que sobrepasan sus funciones. Muchas veces pensamos que nos van a quitar el puesto, que son trepas, que van de que saben mucho, pero luego te toca asumir sus errores, que les gusta hacerse ver, pero luego el trabajo lo hacen otros... Has de conocer a la persona, dedicar tiempo a descubrir qué se le da bien, qué no, ver cómo se relaciona con los compañeros, etc. Básate en hechos y no en prejuicios. Y recuerda que el mejor líder es generador de líderes. Así que si el alumno supera al maestro es porque éste le ha enseñado bien, siéntete orgulloso.
  • Cuidado con proyectar tus miedos. A veces nuestros miedos nos hacen parar iniciativas que no entendemos, que nos parecen una locura o que nos desequilibran de nuestra zona de confort. No siempre podremos tener la certeza absoluta de que irá bien, pero tampoco de que irá mal. Por eso, lo mejor es sentar bases, analizar pros y contras. No es lo mismo frenar a una persona que sentarse con ella a ver la forma de que lo haga mejor teniendo en cuenta las variables que quizá no pueda ver por sí misma.
  • Descubre el talento que hay en tu equipo. Cuando un trabajador muestra su disposición a abordar más trabajo del que le corresponde por su puesto, tiene el tiempo y la capacidad para hacerlo, es una persona a la que tener en cuenta para un posible ascenso porque las empresas para crecer han de permitir desarrollarse profesionalmente a aquellos que proponen, desarrollan, generan ideas, se ponen en marcha y son colaboradores de una causa mucho mayor que ellos mismos porque si no, se irán y lo harán en otro sitio en lugar de contigo. Así que, no pierdas de vista a quienes dan lo máximo de sí mismos.
  • Revisa los puestos. Hoy en día se están redefiniendo los puestos en función de habilidades y conocimientos. Se crean puestos, se deconstruye la estructura tradicional para dar paso a una flexibilidad laboral que permita a la empresa mantenerse en el mercado. Una persona que tiene tiempo de sobra puede tener sus funciones mal definidas mientras que seguro hay otras personas en otros puestos sobrecargados de tareas de forma continua. Revisa y reparte mejor las tareas y funciones, redefine puestos si es necesario. Y si no sabes, acude al equipo de Recurso Humanos para que te ayuden.

Y como digo siempre y no me cansaré, dedica tiempo a tu equipo, conócelo, préstale atención pues es la mejor forma de no juzgarlo, de apoyarlo, de saber en qué formarlo, qué delegar y a quién, cómo ayudar a que funcione mejor como equipo y cada persona en particular y, sobre todo, podrás cuidarlo para que quieran seguir aportando sus ideas y propuestas para hacer el mejor trabajo. Reconócelos y dales las gracias porque que alguien se extralimite en sus funciones es buena señal.

Después de lo que te he compartido, ¿qué piensas de que un trabajador haga más de lo que se le pide? ¡Permite crecer!

Te acompaño aprendiendo en el camino del crecimiento.

Fuente: https://2miradas.es/blog/extralimitarse/

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