Pues sí. Tenemos que reconocer que, en ambas familias, el dibujo es un don que ha ido pasando de abuelos a padres y de padres a hijos. Sin pretensiones, por supuesto, y sin llegar a ser ningún Goya, en nuestras casas siempre ha habido algún dibujo colocado en sitios estratégicos..., una nevera, un tablero, una pared... Hay una anécdota que hizo derramar lágrimas a una de nosotras. Al fallecer su padre, un gran amigo de la familia que vivía en otra provincia y que se desplazó a Sevilla para mostrar sus condolencias, nos trajo un precioso regalo. En realidad fueron tres... Original y dos copias (para la viuda y las dos hijas) de un precioso dibujo a plumilla que el papá de las interfectas había realizado en sus años de colegio y que había regalado a su mejor amigo. Éste quiso que tan preciado recuerdo permaneciera en la familia. Y aquí sigue, en el cuarto de su nieto Quique está una de esas bonitas copias, un alegre fantasmita que parece proteger con sus brazos a una graciosa pareja. Quizás también proteja a la familia tan querida que tanto le añora....
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¿A que más de un@ tiene algún dibujillo infantil con historia por ahí colgado, bien a la vista? ¡Contadnos!