No las busques en España, que no las hay: las clásicas del pavés solo se ven en la zona norte de Bélgica, en esa región que podría ser un país llamada Flandes, que habla neerlandés (holandés) y que poco tiene que ver con la francófona Valonia.
Se trata del mejor mes largo de ciclismo, y quien no lo haya visto no sabe lo que se pierde: arranca la última semana de febrero con la Omloop Het Nieuwsblad y termina en abril, y no precisamente en Bélgica, sino muy cerca; en la paupérrima Roubaix, al norte de Francia y pegando a Lille (antiguo reino de Flandes: algo es algo).
¡Qué mes y pico más intenso! Empieza, ya lo hemos dicho, con la Het Nieuwsblad, continúa al día siguiente con la Kuurne-Bruselas-Kuurne, después llega la semiclásica A Través de Flandes (Dwars door Vlaanderen: los nombres en holandés son imposibles), a continuación la E3 Harelbeke, después la Gante-Wegelgem, y ya más tarde los Tres Días de La Panne antes de la traca final: los dos monumentos. Nombres que recuerdan a polvo, a adoquín y a pavés.
El Tour de Flandes, y una semana después la París-Roubaix. Entre medias, el Gran Premio del Escalda eso sí. Hay cinco monumentos del ciclismo, y dos se concentran en una semana. Los otros tres son la Milán-San Remo (comienzos de marzo, y sin pavés), la Lieja-Bastoña-Lieja (finales de abril) y el Giro de Lombardía, en octubre.
¿En qué consisten estas clásicas del pavés? En ciclistas metiéndose pruebas de más de 200 kilómetros, entre ellos tramos adoquinados, muchos de los cuales (los que están en Flandes) son repechos pantagruélicos en cuesta (como el famoso Kapelmuur, el Vieux-Quarémont y decenas de ellos). Solo la Roubaix consta de tramos de pavés llanos, y no por ello menos técnicos ni menos difíciles.
El mejor corredor de la historia del pavés sigue activo, porque no es Eddy Merckx, sino otro belga: Tom Boonen, 35 años, auténtica leyenda viva. Le sigue de cerca otro que está en activo, Fabian Cancellara, ganador de Flandes el año pasado y protagonista de ataques sobrenaturales y marcianos. Al suizo le falla la constancia del héroe flamenco Boonen.
Además, estas clásicas flamencas son un espectáculo absoluto que por primera vez en mucho tiempo dará casi íntegramente Teledeporte. Cunetas atestadas de gente. Ciclistas volando por un mal bache que da al traste con sus opciones. Portentos como el galés Gerraint Thomas pedaleando con un estilo que haría las delicias de los más puretas. Segundones natos como Van Avermaert o Vanmarcke atacando hasta la extenuación. Ya están aquí las clásicas de pavés, amigo.