Que sueles ser más tímida que el resto de los niños, puede decirlo cualquiera que te conozca. Y no lo digo para ponerte etiquetas, sino solo para explicar un rasgo de tu personalidad que te acompaña igual que me acompañaba a mi de pequeña. Porque esa timidez se desvanece cuando estás en confianza, cuando te sientes segura y rodeada de gente en quien confías. Y eso, lo sabemos aquellos que te conocemos bien.
Pero igual que esa timidez va evolucionando y se va desvaneciendo de a poco, y cada vez la vences más rápido, también vas creciendo a pasos agigantados en muchos otros aspectos.
Hace un tiempo me preguntaba por aquí a qué edad hay que dejar solos a los niños en los cumpleaños infantiles. No dejarte sola porque no querías quedarte me ha regalado comentarios y críticas del estilo “si no la dejas sola no sabrá espavilarse”, “da igual lo que diga, después se quedan bien y así tienes rato libre”, “déjala si no le pasa nada, ya está mayorcita”, Pero tu no querías quedarte sola, lo expresabas claramente, y cuando yo decía que ese era el motivo, me echaban la culpa por ser sobre protectora.
pequeñas terremoto tomando fotos con instax
" data-orig-size="1027,1491" sizes="(max-width: 310px) 100vw, 310px" data-image-title="instaxniñas" data-orig-file="https://lai31.files.wordpress.com/2016/07/instaxnic3b1as.jpg" aperture="aperture" />¿cuál es la idea de forzar a los niños a hacerse mayores?
Sigues sin querer quedarte sola en los cumpleaños, aunque la mayoría de tus compañeros si lo hagan. El motivo lo dejas claro cuando te lo he preguntado: “si algo me pasa o necesito ayuda no me van a hacer caso porque no conozco a los adultos” Reflexión que me parece de gran magnitud para tu edad. Si no te vas a sentir segura, y por ello no vas a disfrutar, no voy a ser yo la que te deje sola hasta que tu me lo pidas. Tiempo habrá.
Tampoco antes querías estar sola en casa de nadie si yo no estaba presente. Amigas, “que vengan a casa que yo no voy a ninguna parte”, parecía tu lema. Curiosamente, ese también fue mi lema antaño, en la infancia. Pero todas las etapas pasan. Igual que venciste tu miedo a comer, de un tiempo a esta parte cuando te pregunto si quieres ir a casa de alguien a pasar la tarde, asientes encantada. Y ahí te vas, sola y feliz (aunque parte del motivo escondido sea tener alguna posibilidad de ir sin silla en un coche). Nunca te forzamos a quedarte sola en ninguna parte, y donde te sientes cómoda y confiada, te quedas sin problemas.
No eliges cualquier casa, eliges aquellas que ya conoces, especialmente si también conoces a los adultos. Y entonces, no es solo que te apetezca ir, es que prácticamente ni te despides y cuando te voy a buscar, siempre suplicas quedarte.
Cada niño tiene sus ritmos, cada uno alcanza la madurez necesaria para dar ciertos pasos a una edad distinta. Y yo no entiendo la idea de forzarlos. Por eso no te fuerzo a ti.
En clase te ha pasado algo parecido. Nunca has querido ser el centro de atención, ni ser protagonista, aunque tenías unas ganas locas de hacerle saber al mundo que sabías la respuesta a lo que preguntaba la profesora, te quedabas callada para no destacar. Año tras año, esa es la pega que tus profesoras me ponían: la timidez. año tras año les decía, que era un rasgo que con confianza superarías, no motivo de visitas a especialistas. Encontrarte al fin en este curso una profesora que se ha interesado por ti, por potenciarte en vez de forzar la situación, nos ha dado como resultado algo que nos contaron hace poco: te ofreciste voluntaria para salir frente a todos y representar un mini teatro que habíais estado practicando. Y no solo fue la intención. No te quedaste en blanco, no tuviste problema. Un paso que muchos creerán minúsculo, pero yo sé lo grande que es para ti. Y tu profesora también lo supo, pues por eso nos lo hizo saber, para que no dejáramos de felicitarte.
Poco a poco creces, poco a poco vences tus miedos, poco a poco vences esas dificultades, poco a poco vas caminando hacia la persona que quieres ser…
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