Nooooooooooooooo, nunca es demasiado. ¡Maaaaaaaaaaal! Vengo a demostrar lo contrario con un súper estudio de los que a mí me gustan.
El Centro Médico Downstate de la Universidad Estatal de Nueva York ha concluido que preocuparse demasiado es señal de inteligencia (¡chúpate esa Einstein! -digo Einstein como podía haber nombrado a cualquier otro científico, porque me da la gana-).
Así es, este estudio ha revelado que la inteligencia y la preocupación están relacionadas con la escasez de blablablabla -cosas científicas y aburridas-. El caso es que Jeremy Coplan, coautor de la investigación, ha comentado que la preocupación nos aporta un beneficio. Y todo porque al no asumir riesgos, las personas preocupadas tienen más probabilidades de sobrevivir.
También aprovecharon para medir el Cociente Intelectual en pacientes con trastorno generalizado de ansiedad versus los sanotes. En los primeros, un alto CI estaba asociado a un mayor nivel de preocupación.
¿Te dicen que eres un preocupón? ¿No puedes dormir por las noches dándole vueltas a ese asunto que tienes en la cabeza? No paaaaaaaaaasa nada, eres muy muy muy listo. Tanto que en algún momento llegarás a encontrar la solución a todos esos problemas que te preocupan. Es cuestión de tiempo que tus neuronas se den cuenta de que van por buen camino.
Y sino, es que en realidad eres tonto de remate. Que no lo digo yo, lo dice el estudio...
