Me hace mucha gracia la gente que me escribe y me habla en plural:
- ¿Podéis mirarme la factura?
- No me llegan los email
Y cosas así.
Obviamente no les contesto, pero me hacen gracia igualmente. O que directamente dicen: «Equipo de Luis…»
Da igual cuanto lo diga, es imposible de creer.
Es el poder del email y de la repetición. Y de vender sin miedo ni servilismo, sin ceremoniosidad, respetando el dinero y confiando plenamente en lo que haces.
Da igual que vendas tornillos, casas o pepinos de mar, cuando vendes así todo se hace más grande, más grande, más intenso, y la sensación de que estoy aquí, todo el día liado, pensando en ti, es inevitable.
No solo llegas a más gente, la hostia revienta infinitamente más terminaciones nerviosas que la del fulano que pasa el día corriendo emadurnado en vaselina con los pantalones por los tobillos.
Y sin embargo, ya ves, aquí estoy.
Yo y ya.
Y no volveré a pensar en ti en todo el día.
¿Decepcionante? ¿Dolido? ¿Te has puesto tristito?
Esto me lo dijo Jordi, un nuevo alumno de la Mentoría:
La primera lección ha sido fantástica. Es genial cuando alguien pone orden a las ideas y de repente todo cobra sentido.
Hoy quiero escuchar el curso de las 27 preguntas otra vez y hacerlo con papel y boli para quedarme con todo.
Por supuesto que lo estoy poniendo en práctica. Es casi imposible no hacerlo. Cuando algo tiene sentido y lo entiendes, sale solo.
Felicidades por el contenido y la manera de plantearlo
Jordi
Jordi no me habla en plural porque entiende el potencial de esta forma de vender, que es la única aceptable.
Salvo que te gusten los latigazos, quiero decir.
Si tú también quieres formar parte del club de la gente que vende sin llorar y saber cuáles son esas 27 preguntas y sus 27 respuestas, empieza apuntándote aquí, que ahí lo explico todo:
Acepto la política de privacidadLa entrada Te presento a mi equipo se publicó primero en Luis Monge Malo.
