¡Hola Lectores! En esta ocasión para contarles una anécdota personal, no siempre la cuento pero es algo que llevo siempre conmigo.
Hubo una ocasión al finalizar un grado escolar, en el que la escuela armó un viaje, yo iba a salir sola con mis amigas, donde asistiría la persona que me gustaba, lo mejor de todo ¡sin mis papás! En ese entonces la situación en casa era muy difícil, mi padre recién había cambiado de trabajo, los gastos se recortaron, mi hermana necesitaba tratamiento y a pesar de que yo profesaba ser una chica ruda y mala, entendía que existían las prioridades, que este viaje no era uno de ellos, pero yo lo ansiaba más que a nada en el mundo, por lo cual hice algunos trabajos para juntar dinero, pero al final no alcanzaba ni de chiste.Una tarde le comente a mi papá la posibilidad de que me apoyaran con el resto del dinero y a cambio prometí mejores calificaciones, dejar de responder a cada regaño, ser hacendosa, dejar de molestar a mi hermano y hasta llevarlo a jugar. Pero mi padre me dijo que no era posible, que no alcanzaba el dinero. Para mí fue como si me hubieran negado un riñón necesitándolo, lloré, grité, azoté puertas, no sonreí por una semana, pero nada resultó.El día que todos viajaron yo estaba casi de luto vestida de negro, me negué a comer, me pidieron ir a ver a mis abuelos y me volví a negar, antes de irse mi papá entró, me dejó una hoja de cuaderno en los pies y sin decir más, se fue.Yo llena de curiosidad la abrí y dentro decía “En la cama de tu mamá y la mía te tengo algo”. Por supuesto yo corrí a ver de qué se trataba, llena de curiosidad. Encima de la cama, estaba una bolsa llena de libros, mis papás sabían cuánto me gustaba saber sobre otras culturas, encima había otra nota que decía:“Caro nena, lamento no poderte dar todo lo que quieres, lamentamos verte triste, sabemos que no podemos darte ese viaje, pero lo que sí podemos darte es un viaje mucho mejor, tu vuelo es más corto, más barato y puedes retoceder cuando quieras, y el día que visites esos lugares, ya te acordaras de nosotros, esperamos los disfrutes.Atte. Tus papás “los ogros”P.D. Come por favor”Recuerdo bien, que abrí con desesperación la bolsa y dentro había una selección de cuentos y algunos libros más, montones de lugares, montones de historias, entonces comprendí el sacrificio que debió ser comprarme aunque fuera los libros y que pudieron darme mil cosa, pero ellos buscaban que me enamorara de algo que fuera para mi bien, pero sobre todo que aunque yo me escondía para leer ellos siempre lo supieron, por lo tanto siempre estuvieron "pendientes de mí" (lo más asombroso es que eran sólo míos porque no tenía libros de mi propiedad) y también supe todo lo queme querían por los esfuerzos que hicieron.

A partir de ese regalo, de ese viaje, me interese más en las historias, me gustó poder abrir un libro, terminarlo y continuar con lo siguiente, amé su aroma y sobretodo desarrollar mi capacidad de viajar y colocarme en cada escenario descrito.Ellos me regalaron las alas (con esos libros) y yo supe volar.Y si quieren saber, el viaje escolar fue muy bueno, pero no me arrepiento de no haber ido.Pero por eso es que esta es una anécdota que siempre me persigue y siempre llevo en el corazón.
