Te reto a una aventura

Muchos piensan que conocer Argentina es el Tango, la cancha de Boca o comer un asado, hoy te propongo que cruces la General Paz, y un poco más. A 700 km de Buenos Aries llegarás a Córdoba, la segunda ciudad más grande del país, la Docta como la llaman, por ser un polo de universidades que concentra la mayor parte de los jóvenes del interior del país. Pero tampoco quiero quedarme allí, cargá una mochila al hombro y vayamos a descubrir las sierras. El lugar elegido para esta primera aventura: El Durazno. Para llegar deberas pasar varias ciudades turísticas, Villa General Belgrano, Santa Rosa de Calamuchita y más, resiste la ansiedad. Luego de algunos km por caminos de tierra deberás cruzar un vado  y ya estamos, la magia comienza. Aunque desde la primera vez que estuve, el lugar a cambiado su fisonomía, intentaré describir mi primera impresión. Pinares extensos cubren los cerros hasta donde podemos verlos, un río de agua fría y clara los atraviesa, zarzamoras y fresas decoran el paisaje, todo parece perfecto. En aquella época el sitio obligado para parar era un camping atendido por Doña Laida, una cordial anciana que tenía tantas arrugas como años, y aún así seguía trabajaba duro para mantener el lugar. Lo más pintoresco, el almacén de ramos generales, donde se podía comprar lo que se nos ocurriera. Caminar por esos parajes era único, perderse por senderos callados, acompañados sólo por el ruido del agua. Hoy el lugar es un poco más visitado, doña Laida ya no está detrás del mostrador, y algunas cabañas son parte del nuevo paisaje, pero aún así no pierde su encanto. Si algún día tienes la suerte de llegar hasta allí, piérdete por algún sendero, camina por los colchones de agujas bajo los pinares, prueba el agua del río, escucha el sonido del silencio y llena los pulmones de ese aire.
Luego, cuando abandones el lugar y te sientas lleno de vida, sabrás que la magia a ocurrido.