Hola, muy buenas. Hacia ya días que no publicaba nada nuevo, pero la verdad, he ido de cabeza con nuevos proyectos y flecos de cosas que ya deberían haberse solucionado y temas de ese estilo, pero ya estoy por aquí.
Hoy os traigo el artículo de un buen amigo mio que ha decidido colaborar con massbateria. Se trata de Jorge Guerra y el tema de la reseña que nos ha pasado, es más que interesante: Técnica versus Musicalidad. Yo mismo he hablado alguna vez de este tema, pero es que da para mucho las reflexiones que podemos hacer alrededor. En el artículo, encuentra tu sitio, hablaba más o mneos de lo mismo. Leelo si quieres más información.
Sin más, os dejo con el artículo de Jorge Guerra, Técnica versus Musicalidad.
Entre muchos de los aspectos que concierne el aprendizaje musical, siempre he observado una controversia entre si aprender demasiada técnica desvirtúa la calidad musical de nuestras interpretaciones, observando dos vertientes: los defensores de la técnica frente a los defensores de la musicalidad.Para saber mucho más sobre Jorge Guerra:
Para poder desarrollar este tema debo remontarme al significado de estas dos definiciones y no se me ocurre mejor manera que hacer un símil con el aprendizaje de un idioma.
La música es una búsqueda constante de comunicación, trasmitiendo sensaciones a través de un lenguaje y utilizando el sonido de nuestro instrumento como vía de expresión.
Por lo tanto, se podría decir que la técnica es el vocabulario que vamos adquiriendo, palabras que vamos aprendiendo para utilizarlas en frases u oraciones que vamos interiorizando. La musicalidad sería nuestra manera de hablar, de utilizar esas palabras que hemos aprendido para poder crear un diálogo coherente e interactuar con otras personas o, en el contexto musical, transmitir un mensaje sonoro a nuestra audiencia.
Imaginémonos por un momento una escena cotidiana como quedar con un amigo para tomar un café y mantener una conversación. Buscamos en esa persona una capacidad de escucha y una interacción constante con nosotros mismos. Pensemos ahora en que nuestro interlocutor se limita a hablar de sí mismo, sin escuchar lo que nosotros queremos decir y, además, habla muy rápido y sin pausa. De primeras no resulta nada atractivo y, probablemente, no volvamos a quedar con él para ese fin.
Ahora pensemos en el lado opuesto, esa persona nos escucha pero sus respuestas son acertados monosílabos, peca de excesivo silencio y nos obliga a sacar temas de conversación.
En el primer ejemplo estaríamos pecando de un exceso de técnica, en el segundo estaríamos llevando la musicalidad a un nivel extremo.
Si la persona con la que conversamos posee un gran vocabulario, nos escucha, matiza, interactúa, expresa, etc. tendríamos delante a nuestro soñado interlocutor, es decir, a ese músico con el que a todo el mundo le gusta trabajar.
Con este ejemplo quiero expresar que, en mi opinión, tanto la técnica como la musicalidad crean un conjunto que nos permite transmitir un mensaje musical.
Las dos vertientes son complementarias y necesarias para poder expresar lo que queramos de una manera coherente y ajustada a la conversación musical del momento.
En resumen, os animo a aprender toda la técnica que creáis necesaria para poder tener toda la musicalidad posible y así el mensaje llegará a vuestros interlocutores de una manera mucho más satisfactoria
Por último, opino que la musicalidad consiste en encontrar esas palabras que existen en la música que tocamos y ayudar a hacerlas más grandes y profundas a través de la técnica.
Un saludo a todos.
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