Mayo y junio siempre han sido los meses de estudio por excelencia. Para los estudiantes (da igual si son de colegio, de universidad, postgrado…) llega la época de exámenes finales. Es el momento de darlo todo, de que nos evalúen lo aprendido durante el año. Hay que esforzarse al máximo y dedicar tiempo al estudio. Pero, el día tiene las horas que tiene y nosotros la capacidad determinada. Por más que queramos sacarle horas al reloj para llegar a más, es imposible. Y por más que queramos tener más energía para continuar estudiando, también es complicado. Es el momento de tirar de eficiencia y productividad. Hay que poner en marcha y ejecutar técnicas de estudio apropiadas para conseguir nuestro objetivo.
Aprender a estudiar… Más importante que el propio estudio
En el colegio, en casa, en la universidad nos enseñan de mil maneras diferentes (algunas habría que revisar la metodología) que sí o sí, tenemos que estudiar. Eso está claro desde que el mundo es mundo. Pero lo que profesores, padres, docentes y demás no tienen y/o tenemos muy en la mente es que, más importante que estudiar (aquello que corresponda en cada momento o elijamos) es aprender a estudiar.
Es imposible, por más que nos empeñemos, hacer algo si no nos enseñan como se hace y por ende, no lo aprendemos. Estudiar es un hábito, es una actividad, es una tarea para la que nadie nace aprendido. Tenemos que ir conociendo cómo hacerlo y encontrar los métodos más adecuados.
Cuántas veces hemos escuchado a nuestros padres y profesores que nos decían: estudia para aprender, no para aprobar. No estudies memorizando sino razonando. Hoy, a mi edad adulta y cuando sigo estudiando porque me apasiona aprender, he llegado a entender estas frases y su contenido. Pero, ¿de verdad pensaban que en mi época de colegio / universidad, con mil cosas en la cabeza menos estudiar, yo podía entender lo que significaban estas afirmaciones y lo mejor, ponerlas en práctica? Es imposible si no nos las explican.
Por esta razón, es igual o casi más importante saber estudiar que estudiar en sí mismo. ¿Por qué? Porque si sabemos estudiar correctamente, si conocemos los métodos más apropiados para estudiar. Si conseguimos entender el por qué se estudia… Estudiaremos no sólo más sino además, mejor. Conseguiremos disfrutar con el estudio y ya se sabe que de aquello que se vive con ilusión y disfrute, se quiere más. En cambio, si es un auténtico calvario, lo haremos por obligación y por consecuencia, mal.
Es importante, estés en el momento vital que estés, aprender a estudiar. Conocer los métodos y técnicas de estudio más eficaces según cada caso (no es igual el que estudia ciencias que letras por ejemplo) pero hay ciertas bases que son comunes a todos. Aprender a estudiar es y será útil en todos los momentos de nuestra vida.
Técnicas de estudio más efectivas
Como para casi todo en esta vida, a día de hoy, hay métodos desarrollados que están comprobados que funcionan, que son efectivos y que nos ayudan en positivo. Son las denominadas y conocidas como “técnicas de estudio”.
Estas que os presentamos hoy son comunes y aplicables a la inmensa mayoría de estudiantes. Son, por así decirlo, las “básicas” desde el concepto de base (no de simples). A partir de ahí, cada uno tiene que buscar, analizar y elegir aquella que le es más apropiada para su caso, su formación, su horario, sus capacidades y/o sus objetivos. Estos pilares te ayudarán a hacer de tu proceso de estudio algo más liviano y de lo que disfrutes sin que se convierta en una obligación ni un calvario.
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Planificación
La planificación es vital en todos los aspectos de nuestra vida. Si no sabemos dónde vamos de viaje, qué ruta escoger, cuántos kilómetros haremos, los hoteles donde dormiremos, etc… Es imposible que el viaje salga bien.
Con el estudio ocurre lo mismo. Si no te marcas cuándo es el examen o el final del estudio, si no tienes una planificación de contenidos y temas, si no tienes bien marcado cómo vas a acometer cada área… Es imposible que puedas ponerte a estudiar porque no sabrás por donde empezar.
Los proyectos grandes siempre, se dividen en tareas con objetivos más asumibles. Primero por facilidad de ejecución y segundo para ir sumando motivación al tiempo que se consiguen. Planifica tu estudio, por eso existen los planes de estudios desde que el mundo es mundo.
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Timming
Un timming no es un horario. Un timming es una franja temporal de días, semanas, meses o años, según el caso. ¿Cuánto dura tu formación? ¿Cuánto tiempo tienes hasta el examen o entrega del trabajo? Hazte un calendario, determina qué días y en qué horarios vas a estudiar, cuándo no y pon frente a ti ese esquema bien claro. Puede que en tu agenda, en tu aplicación de calendario o en un cuadro en tu pared. Como quieras y te sea más útil pero créalo y sobre todo, cúmplelo.
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Horario
Ahora sí, márcate un horario. Uno que sepas que vas a poder cumplir y con el que vas a ser fiel. Ese horario en el que tú puedas estar cómodo y confortable. Tienes que incluir no sólo las horas de estudio sino también las de ocio, las de descanso, las de comidas, las de trabajo (si compaginas). Es la única manera de que te crees una rutina e incluyas el estudio como una parte más de tu día. Si no lo haces así, sobre todo en el caso en el que compagines estudio con trabajo, lo harás en ratos libres y robándole horas al sueño y descanso.
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Materiales
No malgastes un tiempo que no tienes buscando los materiales que vas a necesitar cada día y cada momento que te vayas a poner a estudiar. Debes tenerlo todo a mano. Bien organizado. Bien estructurado y que no sea una pérdida de tiempo constante. Habilita un sitio cómodo, bien aireado, con luz y con espacio para que puedas estudiar. Ten todo organizado y que no te falte nada que implique distracción. Ni una goma.
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Estructura de contenidos
Cuando tengas todo organizado, es el momento de ponerte con los contenidos. Haz un esquema de los contenidos que tienes que acometer. Haz un planteamiento saludable con tu timming y los contenidos. Crea otro calendario de estudio más concreto de contenidos y comienza a distribuir.
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Descanso
Sin descanso, es imposible hacer nada. Ni estudiar, ni trabajar, ni nada. Así que olvida esto de darte el atracón de días sin dormir y mantenerte a base de café y demás sustancias.
Esto se consigue, llegar de forma saludable a los exámenes, si pones en práctica los tips anteriores. Con un buen timming y organización desde el principio y cumpliéndolo, podrás llegar de forma holgada sin tener que hipotecar tu descanso.
Sí o sí para que tu mente rinda, necesitas descansar.
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Deporte – Motivación
Y el ocio, jamás lo olvides. Si te pasas días y días estudiando sin más, tu motivación se irá por la ventana o por donde tenga más cerca. Necesitas tener un momento de esparcimiento, de disfrute, de conexión con tu cuerpo para recuperar el oxigeno y la motivación. El deporte es de lo que más funciona porque mueve nuestro cuerpo cuando pasamos horas y horas sentados utilizando el cerebro. Sal a caminar, corre, monta en bicicleta o lo que quieras pero haz deporte mientras estudia.
Si quieres sacar el máximo partido a tus momentos de estudio, en Utopía podemos ayudarte y marcar juntos tus timmings, horarios, estructuras de contenidos y aquello que necesites. Estudiar es un auténtico placer e incluso, un lujo. Disfrútalo.