A juzgar por la entusiasta recepción de la tecnología 5G por parte de los gobiernos y la industria, estamos al borde de una revolución tecnológica.
Introducida inicialmente para ayudar a las redes inalámbricas a hacer frente al tráfico de datos cada vez mayor en sus redes, 5G (según sus defensores) llevará a innovaciones que cambiarán el juego, como la cirugía a distancia, el control de vehículos sin conductor y mucho más.
5G, sin embargo, se ha convertido en un tema intensamente controvertido en muchos lugares.
En el que grupos de ciudadanos y algunos científicos han expresado su preocupación por los posibles efectos en la salud de la energía de radiofrecuencia (RF) transmitida por las estaciones base 5G.
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Una evolución de las preocupaciones
Antes de abordar el tema de los 5G, vale la pena señalar que los últimos temores de salud sobre la radiación no están ocurriendo en el vacío.
Las preocupaciones sobre 5G son la última iteración de décadas de titulares sobre los peligros de la radiación electromagnética. Hemos visto controversias acerca de todo, desde los riesgos de salud del Wi-Fi hasta los medidores inteligentes.
La hipersensibilidad electromagnética
Es una enfermedad hipotética en la que ciertas personas experimentan síntomas debilitantes en presencia de la radiación como los teléfonos celulares y el Wi-Fi.
Pero a pesar de que las personas han reclamado tales sensibilidades durante al menos 30 años, revisiones científicas sistemáticas han encontrado que las víctimas «ciegas» no pueden saber cuándo están en presencia de un campo electromagnético.
Por lo que la Organización Mundial de la Salud ahora recomienda la evaluación psicológica para las personas que están tan afligidas.
Asimismo, décadas de estudios no han encontrado ninguna relación entre los teléfonos celulares y cánceres como los tumores cerebrales.
Aunque eso no ha impedido que municipios como San Francisco aprueben leyes que obligan a las tiendas a exhibir la radiación emitida por los teléfonos, lo que implica, en la mente de los consumidores, un riesgo.
¿Qué tan peligrosa puede resultar ser la radiación de radiofrecuencia?
En la raíz de todas las preocupaciones sobre las redes de telefonía celular está la radiación de radiofrecuencia (RFR).
La RFR es cualquier cosa que se emita en el espectro electromagnético, desde microondas hasta rayos X, pasando por las ondas de radio y la luz de su monitor o la luz del sol.
Claramente, la RFR no es intrínsecamente peligrosa, por lo que el problema se convierte en descubrir bajo qué circunstancias podría serlo.
Los científicos dicen que el criterio más importante sobre si una RFR en particular es peligrosa es si cae en la categoría de radiación ionizante o no ionizante. En pocas palabras, cualquier radiación no ionizante es demasiado débil para romper los enlaces químicos.
Eso incluye la ultravioleta, la luz visible, la infrarroja y todo lo que tenga una frecuencia más baja, como las ondas de radio. Las tecnologías cotidianas como las líneas eléctricas, la radio FM y el Wi-Fi también entran dentro de este rango
El Dr. Steve Novella, profesor asistente de neurología en Yale, entiende que la gente generalmente se preocupa por la radiación.
«Usar el término radiación es engañoso porque la gente piensa en las armas nucleares; piensan en la radiación ionizante que absolutamente puede causar daño. Puede matar células. Puede causar mutaciones en el ADN».
Pero como la radiación no ionizante no causa daño al ADN o a los tejidos, Novella dice que la mayor preocupación sobre la RFR de los teléfonos celulares está fuera de lugar.
«No se conoce ningún mecanismo para que la mayoría de las formas de radiación no ionizante tengan siquiera un efecto biológico», dice.
Las autoridades de salud no están demasiado preocupadas, pero quieren más investigación
Por su parte, las agencias de salud no han concluido que la exposición a las señales de radiofrecuencia, incluyendo las ondas milimétricas, por debajo de los límites recomendados conlleve riesgos para la salud.
Aunque recomiendan que se realicen más investigaciones.
Por ejemplo, en 2019, la Autoridad Sueca de Seguridad Radiológica concluyó que:
«A pesar de la falta de mecanismo(s) establecido(s) para afectar la salud con una exposición débil a las ondas de radio, existe sin embargo la necesidad de más investigación que cubra los nuevos dominios de frecuencia utilizados para 5G».
Tampoco ha habido prisa por revisar los límites de exposición frente a los 5G.
Evaluando los riesgos de los 5G’s
Aparte de los estudios en curso, el 5G está por llegar, y como ya se ha mencionado, hay preocupaciones sobre esta nueva tecnología.
Una queja común sobre 5G es que, debido a la menor potencia de los transmisores de 5G, habrá más de ellos.
«5G requerirá la construcción de literalmente cientos de miles de nuevas antenas inalámbricas en vecindarios, ciudades y pueblos. Una pequeña célula celular u otro transmisor se colocará cada dos a diez hogares según las estimaciones».
Dice el Dr. Novella: «Lo que realmente dicen es que la dosis va a ser más alta. Teóricamente, esta es una pregunta razonable para hacer».
Pero los escépticos advierten que no se debe mezclar la pregunta con la mera afirmación de que existe un riesgo.
Como señala Novella, «Todavía estamos hablando de potencia y frecuencia inferiores a la de la luz. Sales al sol y te bañas en una radiación electromagnética que es mucho mayor que estas torres de celdas de 5G».
Es fácil encontrar reclamos en línea que la mayor frecuencia de 5G por sí sola constituye un riesgo.
RadiationHealthRisks.com observa que «1G, 2G, 3G y 4G utilizan una frecuencia de entre 1 y 5 gigahercios. La tecnología 5G usa entre 24 y 90 gigahertz de frecuencia».
Luego afirma que «Dentro de la porción de radiación RF del espectro electromagnético, cuanto más alta es la frecuencia, más peligroso es para los organismos vivos».
Pero afirmar que la frecuencia más alta es más peligrosa es sólo eso: una afirmación, y hay poca ciencia real que la respalde. El 5G sigue siendo de naturaleza no ionizante.
¿Qué diferencia a la tecnología 5G?
Al igual que con las tecnologías celulares anteriores, las redes de 5G dependen de las señales transportadas por las ondas de radio que se transmiten entre una antena o un mástil y tu teléfono.
La realidad es que nos encontramos rodeados de radiación electromagnética todo el tiempo
Así como de una amplia gama de tecnologías, incluyendo teléfonos móviles, y de fuentes naturales como la luz del sol.
La tecnología 5G requiere de ondas de frecuencia más elevadas que las redes móviles anteriores, lo que permitirá que más aparatos puedan tener acceso a Internet al mismo instante y con una mayor velocidad.
Estas ondas cuentan con distancias más cortas a través de las áreas urbanas, por lo que las redes 5G necesitaran mayor cantidad de antenas transmisoras.
Lo que ha generado un gran revuelo, pues muchos afirman que a mayor cantidad de antenas transmisoras más será la reactividad que se tendrá,
Sobre este tema hay muchas opiniones que al final todo depende del punto de vista desde donde se vea.
¿Es necesario preocuparse por los mástiles transmisores 5G?
La tecnología 5G necesita muchas nuevas estaciones base, estas se tratan de las antenas que transfieren y recogen las señales de los distintos teléfonos móviles.
Pero lo más significativo es que, debido a que hay más transmisores, cada uno de ellos puede funcionar a niveles de potencia mucho más bajos a los de la anterior tecnología de 4G.
Lo que tiene como consecuencia que el nivel de exhibición a la radiación que generan las antenas de 5G resultara ser menor.
¿Conocías de la inminencia de esta tecnología para el 2020? Si quieres saber mas de estos y otros temas de actualidad en la salud, síguenos día a día en lista de salud.
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