El otro día, en un pequeño receso de los trabajos que estamos llevando a cabo en el IES Camilo José Cela (Pozuelo de Alarcón, Madrid) con las herramientas de Google, tuvimos la oportunidad de conocer a Manuela, un robot creado por los alumnos del centro que forma parte de un proceso creativo y de un proyecto transversal que se lleva realizando durante cuatro años.
Cuando uno ve a Manuela, enseguida se da cuenta de los conocimientos sobre tecnología que han tenido que aprender estos alumnos, pero cuando uno habla con ellos y con su profesor Juan Delgado, entonces descubre que estamos ante un proyecto de innovación educativa que va más allá. Este proyecto lo realiza un equipo de profesores formado por Juan Delgado, Francisco Quesada y Clive Calvo.
Los alumnos crean tecnología, no solo la consumen.Todos los contenidos curriculares de la asignatura se aprenden a través de este proyecto. Manuela es el robot de un “abrazÓmetro”, un dispositivo inventado, diseñado y construido por los alumnos para medir la intensidad de los abrazos en unidades “achus” (que significa achuchones, unidad inventada por ellos).
Las personas que se abrazan se colocan unos chalecos salvavidas que llevan unos sensores.Manuela, que también dispone de sensores, detecta el abrazo, se activa y hace una foto del abrazo mostrándola en una pantalla. Para que este momento sea recordado por las personas que se han abrazado, Manuela les entrega la foto con su abrazo y la medida de la intensidad del mismo.
La metodología propia desarrollada en el proyecto, “Autonomía Creativa”, como Juan Delgado la define, ha permitido a estos alumnos poder participar en un proceso real de creación de un bien tecnológico, desde su diseño hasta su puesta en marcha, siendo ellos los verdaderos protagonistas durante todo el proceso creativo y de aprendizaje.
Esta metodología permite el desarrollo de habilidades y destrezas para la vida como saber generar ideas y evaluarlas, saber escuchar, saber tomar decisiones, saber tolerar la frustración cuando las cosas no funcionan y volverlo a intentar y, por supuesto, saber aprender a trabajar en equipo no compitiendo sino colaborando para maximizar el aprendizaje de los demás y el de uno mismo.
Para poder llevar a cabo esta metodología el rol del profesor en todo momento ha de ser la de facilitador y guía del alumno. La ilusión, el optimismo y la capacidad de motivar de estos profesores han sido claves para involucrar al alumnado en el proyecto y alcanzar los objetivos propuestos.Los alumnos aprenden valores
El “abrazÓmetro” no se queda en el aula de los alumnos que lo han creado. Viaja con ellos a otros centros educativos, a residencias de mayores, a equipos de orientación y se pretende llevar este año a equipos de protección de acoso escolar y a hospitales. Los alumnos han vivido experiencias extraordinarias con el “abrazÓmetro” con niños autistas, con personas mayores, con alumnos entre los que existían problemas de convivencia... y han sentido cómo con su proyecto han conseguido hacer felices a los demás. Reflexionar sobre estas experiencias vividas les ha permitido crecer en valores y adquirir una actitud distinta ante las necesidades de otros.
Se trata por tanto de una propuesta educativa innovadora, donde se combinan los procesos de aprendizaje con un servicio a la sociedad en un proyecto donde el alumno es protagonista tanto de su aprendizaje como del servicio que realiza.
Os dejamos también el link a la web del proyecto: PROYECTO ABRAZÓMETROPrincippia, Innovación Educativa