BMW tiene en curso su marketing a todo lo que da en estos Juegos Olímpicos de 2012. Como el socio automotriz oficial de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y los Juegos Paralímpicos, BMW está haciendo un montón de cosas predecibles para promocionarse, incluída la ejecución de los comerciales de televisión, la creación de un impresionante pabellón en el Parque Olímpico para mostrar su mejor gamma de automóviles, y prestar más de 4000 vehículos híbridos y eléctricos para apoyar los juegos.
Pero también están haciendo algo totalmente inesperado e intrigante. Como parte de su patrocinio, la tarea de los ingenieros de BMW en su oficina de tecnología en Mountain View, California, es ayudar a los atletas de Estados Unidos a mejorar su formación y desempeño.
Una de las formas por la que ha hecho esto posible es mediante el desarrollo de un sistema de cámaras para capturar un puente largo en el movimiento para así poder calcular la velocidad y otras mediciones clave de inmediato, proporcionando valiosa información a los entrenadores. El fabricante de automóviles alemán había estado probando un sistema de cámaras muy similar en sus vehículos en desarrollo, que permitía detectar los obstáculos, y de este modo los ingenieros reconocieron que podría ser adaptado para su uso por los atletas olímpicos. “Ser capaz de seguir el movimiento de un atleta es muy similar a la forma en que vamos a realizar el seguimiento de peatones y otros objetos”, dice Cris Pavloff, ingeniero de BMW.
La cámara tiene dos lentes y utiliza una avanzada tecnología que BMW llama “visión estereoscópica”. Se conecta a un equipo que ejecuta el software que BMW ha escrito para el seguimiento de características en el cuerpo de un atleta mientras está en movimiento. El sistema se centra en tres parámetros clave en la ejecución de un salto de longitud: la velocidad de enfoque horizontal, la velocidad de despegue vertical y el ángulo de despegue.
El siguiente video muestra al decatloniano Bryan Clay explicando cómo el sistema de medición de velocidad de BMW ayudó con su entrenamiento para el salto de longitud. “Nuestro mundo se mide en centímetros y milésimas de segundo, lo que realmente es la diferencia entre ganar una medalla de oro y no ganarla”, dice.
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