Tecnología, meditación y neurociencia: ¿Cómo mejorar la adherencia a a la práctica meditativa? ¿Por qué hacerlo?

Por Davidsaparicio @Psyciencia

Si algo nos saca el sueño a algunos de nosotros, los psicólogos clínicos, es cómo lograr que nuestros consultantes adhieran a entrenamientos de mindfulness. Por adherencia me refiero a la sistemática práctica necesaria para conseguir las ventajas que la neurociencia ya ha planteado como posibles, los beneficios que los estudios y las investigaciones refieren y las mejoras invaluables que percibimos quienes tenemos la meditación incorporada a nuestra vida.

Un estudio de Horrillo-Álvarez y col. (2019) sobre adherencia al entrenamiento en meditación mindfulness (MM) sugiere que no hay diferencias significativas en el entrenamiento de la atención plena y el contacto con el momento presente en relación al uso de papel o del dispositivo móvil (teléfono, en el caso de estudio), de manera que ambos formatos son pensados como posibles según las características del consultante y su disponibilidad.

Propuestas de trabajo en otros países como Estados Unidos refieren que la utilización de software para smartphones (apps) son una oportunidad para psicoeducar, monitorear, apoyar programas de cambio conductual, adherir a tratamientos de afecciones crónicas, abriendo un panorama alentador para poblaciones más amplias, no sólo en tratamientos y políticas públicas en relación a enfermedades detectadas sino también para prevención y promoción de la salud. Y en este punto considero importante hacer una salvedad, cuando no dormimos, algunos de nosotros estamos pensando en un cómo, en relación a esta adherencia, que sea viable para la población de nuestras zonas apuntando a un futuro que ya llegó: un entrenamiento para mejorar la calidad de vida de todos, población no clínica incluída.

Respecto de las tecnologías de la información y la comunicación (TICs) como herramientas eficaces para el tratamiento de trastornos de ansiedad, por ejemplo, se ven estudios que pintan de lindos colores el horizonte. Junto con realidad aumentada y realidad virtual también se consideran el uso de internet y celulares. Baños y col. refieren técnicas de intervención eficaces en tratamientos de Trastornos de ansiedad y manifiestan que el desafío está en diseminar para poder llegar a más personas y tener mejores registros de la eficiencia de los tratamientos.

Aunque se necesita más investigación al respecto, las aplicaciones clínicas de programas remotos (vía web, por ejemplo) en poblaciones no clínicas que tienen acceso a internet, refieren mejoras en el bienestar y la calidad de vida autopercibidas. Resulta interesante ver cómo los clínicos y los investigadores nos unimos para que más personas en el mundo, cualesquiera sean sus condiciones, accedan a programas para sentirse mejor, trascendiendo la frontera de la patología y pudiendo también dedicarnos a la prevención y promoción de la salud en esfuerzo conjunto.

Practicar mindfulness apareja mejoras en la autoregulación incluyendo el control de la atención, la regulación emocional y la conciencia de sí mismo

En un estudio de Lopez Montoyo y col. (2016) se realizó una revisión de las psicoterapias online basadas en mindfulness, focalizando en sus características y su efectividad y dando como resultado la reducción de síntomas clínicos y el aumento del bienestar.

La tecnología positiva toma los avances tecnológicos para integrar formas de mejoras en regulación emocional, en fomentar emociones positivas en las interacciones sociales, en crecimiento y desarrollo personal (Distéfano, 2015). No sólo se concentra en personas individualmente sino también en sociedades, comunidades y organizaciones pudiendo pensarse en políticas públicas de gran alcance.

Respecto de los tratamientos psicológicos, en el trabajo de Peñate Castro y col. (2014) dentro de los llamados “nuevos desarrollos” se revisa el uso de internet (junto con uso de realidad virtual, neurofeedback y estimulación magnética transcraneal). Como ventajas se cuentan la posibilidad de privacidad del tratamiento, una menor estigmatización, ser útil en dificultades de movilidad tanto físicas como geográficas, tiempo y acceso libre, mayor disponibilidad, su bajo costo, y la importancia en procesos donde el consultante refiere dificultad para salir de su casa (si bien se plantea como una ventaja, debería evaluarse en cada caso). Las desventajas están en relación al control, la imposibilidad de un registro certero del proceso y la reducción de la fiabilidad de las respuestas de los consultantes. La adhesión al tratamiento no puede chequearse fehacientemente y las tareas y auto registros, si no son monitoreados, pueden no ser realizados. Sería interesante en los programas pensar formas de contacto con terapeuta o terapeutas y que se evaluara medición post tratamiento, que no sucede en todos los protocolos, según las revisiones actuales.

Del análisis detallado puede concluirse que la eficacia parece ser mayor en programas extensos, con niveles leves a moderados de trastorno (afinidad con ansiedad, fobias y depresión), en consultantes con motivación marcada, con control y seguimiento terapéutico.

¿Por qué es importante la adherencia al entrenamiento? Qué buscamos cuando abogamos por incluir horas de práctica meditativa?

Tang y col. (2015) refieren estudios en neuroimágenes que descubren las áreas y redes que median los efectos positivos de la MM, permaneciendo aún no claras las bases neurales y moleculares que acompañan los cambios cerebrales. Sabemos desde hace más de dos décadas los beneficios sobre salud y salud mental relacionados a la MM, además de las áreas del conocimiento donde se ha insertado como una gran aliada de tratamientos sobre: reducción del estrés, dolor crónico, ansiedad, TOC, depresión, prevención de recaídas, control del impulso de ira, trabajo con veteranos de guerra, psicodeportología, fibromialgia, entre otras.

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Las mejoras en la autoregulación que se registran incluyen el control de la atención, la regulación emocional y la conciencia de sí mismo. El córtex cingulado anterior es la región asociada con la atención donde los cambios en actividad y/o estructura en respuesta a la MM se reporta más consistentemente. Las redes fronto límbicas involucradas en regulación emocional y reducción del estrés muestran patrones de mejoras con MM. Con entrenamiento en mindfulness, puede alterarse la red por defecto (DMN, default mode networks), incluyendo córtex prefrontal y córtex cingulado posterior, indicando el potencial de la meditación para afectar el proceso auto referencial y mejorar la conciencia en el momento presente.

Wheeler y col. (2017) refieren que practicantes con alto mindfulness disposicional presentan mayor actividad en córtex prefrontal, córtex cingulado anterior y córtex insular al mismo tiempo que menos actividad en amígdala comparados con los que presentan bajo Mindfulness Disposicional en tareas con predominio emocional.

Berkovich-Ohana y col. (2016) realizaron un estudio con EEG donde registraron la implicancia de DMN, auto referencia y atención. Se estudiaron entonces los efectos de MM sobre el proceso auto referencial, asociado con DMN, así como también los efectos a corto y largo plazo. Los resultados refieren que la actividad gamma frontal y medial se corresponde con la actividad de DMN. En practicantes de MM se presenta con menor actividad gamma en zona frontal, relacionada con DMN y autorreferencia. Anteriormente, en 2007, Brefczynski-Lewis y col refieren en sus estudios correlatos neurales respecto de la atención en meditadores de mucho tiempo. Examinan la concentración en un solo punto dentro de la MM.

La meditación puede mejorar la habilidad para inhibir procesos emocionales y cognitivos como la rumiación

Brewer y col. (2011) suben la apuesta y encuentran que DMN se desactiva en meditadores experimentados en y con todos los tipos de meditación. Y además, refieren que sus análisis de conectividad funcional en meditadores experimentados revelan que las regiones implicadas en automonitoreo y control cognitivo presentan acoplamiento tanto en línea de base como durante la meditación. Podemos pensar en una buena forma de reducir la actividad DMN por la práctica meditativa.

En prácticas meditativas específicas como concentración, amabilidad – compasión (LKM, loving kindness meditation) y choiceless awarness (conciencia sin elección) también se entrena la atención saliendo de la autoreferencia y de la mente de mono o mente errante. La Concentración presenta focalización en un punto usualmente la respiración, entrenando la mente para volver al momento presente. Amabilidad – compasión (LKM) requiere trabajar aceptación en uno mismo y los demás al mismo tiempo que aumentamos la concentración, generalmente se usa una frase acompañando incluída en la meditación. Choiceless awarness requiere tomar las experiencias de mindfulness en cualquier momento de la vida cotidiana, tal y como se presentan.

Variadas investigaciones refieren que el entrenamiento en mindfulness muestra beneficios en el tratamiento del dolor, en abuso de sustancias, depresión, ansiedad y presenta mejoras en poblaciones no clínicas, donde se autopercibe bienestar o mejora en la calidad de vida.

Los resultados están en relación con cambios en procesos psicológicos básicos y modificaciones de conductas no deseadas por las personas. Podemos pensar en mejoras respecto del foco atencional, aumento de la flexibilidad psicológica, y reducción de la reactividad afectiva. Se encuentran autoreportes de menor actividad en mente errante durante la meditación para los 3 tipos de meditación (concentración, amabilidad – compasión y choiceless awarness). Se suma la menor activación demostrando la reducción de DMN durante la meditación, en meditadores experimentados. Es significativa la reducción de la activación en amígdala en la meditación de amabilidad y compasión en comparación con las otras 2 y con no meditadores o con meditares nuevos.

Horas de práctica

La meditación forma parte de una familia de prácticas en entrenamiento mental diseñada para familiarizarse con los propios procesos mentales. La correlación con las horas de práctica sugiere plasticidad en estos mecanismos. Entendemos que primeramente hay funciones específicas que se activan, se van consolidando circuitos y luego pueden manifestarse cambios estructurales. La meditación puede mejorar la habilidad para inhibir procesos emocionales y cognitivos como la rumiación que se asocian a la depresión, la ansiedad y el estrés. La práctica meditativa puede transformar el estado de descanso asemejándolo al estado meditativo. Todo esto y tanto más, siempre y cuando la práctica sea de largo plazo.

Hete aquí la dificultad.

Estudios sugieren que conceptualizar mindfulness como un constructo multifacético es útil para comprender sus componentes y la relación con otras variables (traducción desde Baer y col, 2006) y la diversidad de estudios también está en consonancia con las diferentes técnicas de diferentes tradiciones (ejemplos: Budismo Zen, Budismo Tibetano, Vipassana, MBSR). En este punto entendemos un amplio campo que se despliega para seguir investigando y creando protocolos de trabajo que lleguen a más personas, por más tiempo.

Ahora bien, cuántas horas de práctica? Cuánto tiempo es necesario para que los beneficios aparezcan, para que el cerebro pueda presentar estas modificaciones, estos cambios estructurales?

LKM por lo menos 5 años de práctica, el protocolo no indica cuántas horas. En el estudio de Mei Kei Leung y col. el grupo control lo forman nuevos meditadores con entrenamiento de 7 horas. En otra investigación los tiempos de práctica se manejan en meses. Kang y col. refieren que los meditadores de larga data presentan diferencias estructurales en sustancia gris y sustancia blanca, para lo cual el entrenamiento se centró en Brain Wave Vibration (BWV) y los meditadores fueron entrenados en esta técnica meditativa. Lo que queda claro es que desde los lugares que nos toca transitar la dificultad mayor no está en contar las ventajas y los beneficios de las prácticas meditativas, sino la invitación a que la práctica sea para siempre, a que se incorpore a la vida diaria y se puedan optimizar los tiempos para que todos puedan acceder, aprender y aprehender las técnicas. Que se incorpore a las vidas de nuestros consultantes puede resultar beneficioso para acompañar sus procesos terapéuticos especialmente en relación a los diagnósticos referidos anteriormente pero y además, para contagiar a la población no clínica en el intento de mejorar los factores de protección en salud mental. Sabemos cómo hacerlo y siendo la atención plena central en la meditación, los componentes de mantener la atención voluntariamente en la experiencia y la aceptación de la experiencia son elementos viables para empezar a trabajar. Lo que nos queda de aquí en más es encontrar formas, diversas, eficaces para generar adherencia a la práctica desde diferentes formatos que extiendan los beneficios a todos los seres que así lo deseen!

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Referencias bibliográficas:

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