Las comedias adolescentes son… ¿cómo decirlo? Lo más parecido que se me antoja al fin del mundo. Veía unas cuantas de chica, pero me parecían excepcionalmente buenas (como Eerie Indiana, Pete and Pete, Clarissa). Finalmente llegó la gran paradoja: Teen Wolf se anunciaba en un canal tan nefasto como MTV/Sony Spin, pero reunía uno de mis tópicos predilectos, la licantropía, y ese turbio fantasma de la comedieta infantiloide.
Comencé a verla con algo más que recelo (diría prejuicio) y finalmente, terminada su primera temporada, puedo decir que hasta estuvo bien. “Bien” con reparos, eso sí, tiene un sinfín de elementos obvios y bobos, pero a la luz de las nuevas modas teens (Crepúsculo es lo que primero viene a cabeza) bien podríamos decir que respeta el mito y lo reinterpreta con bastante buenos resultados. Siempre partiendo, repito, de todo lo que podría haber salido terriblemente mal.
La idea inicial fue hacer una suerte de remake del clásico ochentoso del mismo nombre, que supo tener como protagonista al gran Michael J. Fox bajo la dirección de Rod Daniel. Sin emabrgo, la serie mantiene muy poca relación con ese licántropo de 1985. Comparte que el protagonista es un adolescente (aunque Michael ya estaba más entrado en años), su mayor interés es una chica y su segundo gran amor el deporte, pero deja de ser el basquet para inclinarse por el aún más foráneo lacross.
En el caso de Scott McCall (Tyler Posey), se trata de un chico callado de pueblo que se siente inmediatamente interesado por su nueva compañera, Allison Argent (Crystal Reed). Lamentablemente para él y afortundamente para el grado de interés de la serie, a pocos minutos de que se inicie, es atacado por una bestia en medio del bosque y rápidamente comienza la siempre efectiva historia del recién infectado.
Si aliado incondicional es Stiles (Dylan O’Brien), un psicodélico adolescente pasado de azúcar y alguna cosa más que oscila entre quienes lo ven como un ser insoportable y los que lo consideran el personaje más divertido de la serie a pesar de lo primero -yo estoy en ese último grupo-. Juntos, Scott y Stiles irán descubriendo la maldición que cayó sobre el protagonista, al tiempo que serán acosados por el sombrío Derek Hale (Tyler Hoechlin, sí, toda la gente del cast tiene “Y” en sus nombres).
El elenco se completa con los “populares” de la clase: Lydia (Hollan Roden) y Jackson (Colton Haynes), que comenzarán como una disfuncional pareja y acabarán siendo el elemento de desequilibrio en las vidas románticas de sus freaks compañeros de curso.
La historia es básicamente la disputa habitual entre esas fuerzas, con una historia de por sí muy remañida, con años y años de adaptaciones cinematográficas y televisivas de diversa calidad. Cabe destacar, en ese sentido, que si bien Teen Wolf es común, verdaderamente habitual, logra tener algo que la despega del montonazo de series de su tipo. Es, a mi entender, el buen manejo en cómo ir desenredando el argumento. Si bien no hay grandes secretos, con el correr de la serie se van sumando nuevos elementos que le dan identidad propia a la historia.
Vale darle el visto bueno a, sobre todo, el diseño del hombre lobo transformado. Muchos dirán que tiene un estilo Buffy, pero me atrevería a aventurar que hubo mucho de inspiración para el diseño en el margnífico Henry Hull que subo dar vida a ese licántropo lampiño de Werewolf of London, la primera película sonora de este subgénero, allá por 1935.
Aparecen también interesantes elementos de la mitología clásica del hombre lobo, que sin salir de los lugares comunes como el acólito, las balas de plata y la Bestia de Gevaudan, le dan aunque sea un aire de contextualización legendaria a la historia, algo de búsqueda más allá de lo que cualquier hijo de vecino sabe habiendo visto la película de Jack Nicholson. Es una serie, a mi gusto, de esas de las que mucho no puede esperarse, pero hecha de un modo bastante digno, sin perderse en los vicios que podrían hacerla inmirable para cualquiera que tenga más de 15 años.
Lejos de eso, es también recomendable para fanáticos de la mitología de monstruos de este tipo, ya que si bien no aporta demasiadas novedades, le da aunque sea un poco de aire fresco a las habituales remakes plásticas que sobre estos temas se hacen hace ya mucho tiempo. No tiene ni punto de comparación con Being Human, eso seguro, pero poniendo en la balanza el público al que apunta y los elementos que por definición deben estar presentes, aparece como uan buena opción ante tanta tele sin demasiado juego.
Y, si es para ponernos a tono, recomiendo un poco de rock antes de lanzarnos a las densas mareas de las problemáticas adolescentes:
Título original: Teen Wolf
País: Estados Unidos
Año de emisión: 2011 – actualidad
Cadena: MTV (Sony Spin)
Creador: Jeff Davis
Número de temporadas: 1
Cantidad de episodios: 12