Tejidos de entretiempo

Siempre he dicho que Santiago tiene un verano de los de mentira, de los que son verano solo a medias. Durante el día se está muy bien, incluso puedes quemarte al sol y el asfalto parece que se pega en los zapatos. Pero a la sombra, se nota el fresco. Esto es de agradecer, así puedes escapar un poco del famoso lorenzo, que aquí pica fuerte. Muchos dicen también, que aquí se duerme bien incluso en verano.

Porque durante la noche, de verano pasamos a un otoño o una primavera… y claro, si quieres salir, siempre hay que llevar una chaqueta. Cómo hecho de menos esas cenas al aire libre en alguna terraza en Barcelona. Que daba igual que fuera una cerveza a las 8, que una cena, que unas copas. Podías ir en tirantes o manga corta, con vestido de verano, sin preocuparte por el frío. Que frío, no iba a hacer, ni aunque te pillara una tormenta de verano.

Me costó acostumbrarme a pensar que si no iba a volver a casa antes de las 10, más me valía llevarme algo de manga larga, sino, pasaba frío fijo. Pero con eso de no llevar el jersey arrastrando todo el día, aun suelo olvidarlo. 12 años, y no consigo coger la rutina. Me obligué a acostumbrarme cuando nacieron las niñas. De bebes siempre les llevas algo de abrigo. Conforme van creciendo y como ellas nunca tienen frío, hay que buscar soluciones intermedias, como los boleros para niña de colores. Perfecto para el fresco de una noche de verano.

Aquí además, cuando entras en Febrero, el aire cambia. Se vuelve más fresco! Como si el clima sintiera que ya ha sido mucho verano y toca empezar a pensar en el otoño. Febrero, como os contaba el otro día, es también el mes de las vacaciones y el mes de prepararse para la vuelta a clase. A mi de niña me encantaba ir a comprar los útiles, ropa para el colegio, para mi no era un bajón como a mucho niños. Y aquí, las pequeñas terremoto, llevan ya más de una semana jugando al colegio, y eso que aun tienen días por delante!

Soy persona de verano, pero he aprendido a apreciar lo que tiene cada estación. Me pasa con la ropa que en primavera las tiendas se llenan de color, pero parece que asoma el otoño y los colores brillan por su ausencia. Con las niñas, intento que no sea así, y que cuando llega el fresco, ya sea en otoño o en invierno, su ropa siga siendo de múltiples colores. Que digo yo, que haga frío no quiere decir que tengamos que ir todos vestidos de marrón!

La primavera llena los paisajes de múltiples colores, y el otoño llena los paisajes de sus tonos de color: naranja, rojo, dorado, amarillo, marrón. Con la ropa uno puede hacer lo mismo, y llenarla siempre de color. Yo trato que siempre tengan toques de color, ya sea en la chaqueta o el abrigo, las faldas, las medias, pero ellas también han tomado la misma costumbre, como ahora que terremoto mayor es fanática de los calcetines de colores de niña! En cualquier estación del año, ella no se deja los calcetines, ya sea para estar por casa o para salir. A poder ser cada día de un color distinto, y los más llamativos que encuentre.

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De hecho, el otoño es una época que encuentro es perfecta para combinaciones divertidas. Hemos probado de todo: manga larga con pantalón corto, o llevar pantalón corto con medias pero con manga corta, sacar del armario las rebequitas, los pañuelos o los foulares, un sinfín de posibilidades! Aquí las pequeñas han ido en pantalón corto y botas de agua, con tirantes y gorro. Si en la calle podemos pasar de los 5 grados a los 30, hay que ponerse creativos. O eso, o utilizar el viejo truco de las capas.

Así pues, vamos a seguir disfrutando del verano y las altas temperaturas, mientras las noches nos van recordando que poco a poco el verano ya pasó su ecuador, y los vientos ya son frescos, pero no por ello tenemos que dejar de jugar afuera hasta tarde, salir a cenar. Porque el verano, es para exprimirlo al máximo!