Un teléfono es un arma de destrucción masiva encargada a Alexander Graham Bell por el presidente de Irán y de Corea. Esta invención del demonio suprime algunas de las ventajas de mantener a distancia a una persona desagradable.
Se usan para concursar en concursos estúpidos de televisión, mandar sms y también se utiliza para hacer llamadas telefónicas, pero muy rara vez. Los teléfonos modernos están de puta madre, pero se escuchan igual o peor y la batería no dura una mierda.
