Una empresa estadounidense llamada
Reaction data ha preguntado a diversos expertos y directivos de organizaciones sanitarias por el impacto de algunas tecnologías en el futuro. Los resultados aparecen en la siguiente tabla, encabezados por la sempiterna telemedicina.La telemedicina lleva muchos años siendo la gran esperanza sanitaria para la transformación de los servicios asistenciales. Poco a poco se van implantando iniciativas, habitualmente a pequeña escala, sin que haya apuestas globales en este terreno. No olvidemos que todavía estamos asistiendo en estos últimos 3 años al lanzamiento de proyectos de atención o información telefónica, basados en llamadas de voz. ¿Cuándo veremos el salto de la medicina?
Por cierto, siendo un concepto tan amplio (todo se mete en el saco de la telemedicina), quizás sea el momento de empezar a trocear el espacio que ocupa y llamar a las cosas por su nombre. Cuando todo cabe debajo del paraguas de la telemedicina, podemos llegar a perdernos y no saber lo que es y no es.Quien no parece despegar del todo es el blockchain. Tal vez sea por desconocimiento del concepto o por pensar realmente que se trata de una moda y su efecto quizás alcance a la seguridad de los datos pero no a la salud de la población.
Para completar esta visión, nada como recurrir a la conocida curva de adopción de innovación en salud digital para 2018 que ha difundido Lloyd price en Linkedin y que elabora anualmente la consultora Gartner. En la zona de expectativas exageradas aparecen los dispositivos de control de síntomas basados en inteligencia artificial, las Hololens, los kits de manipulación genética llamados CRISPR o las hololens. En la zona de desilusión (nada era lo que parecía) tenemos a las Google Glass, la realidad virtual y al famoso Watson de IBM. Y ya en la zona más estable, rumbo a su uso habitual y a su incorporación al día a día, aparece la telemedicina, la mensajería segura, la monitorización remora, la medicina personalizada o el blockchain.
¿Opinas de la misma forma que esta consultora? Al menos parece que ciertas tecnologías empiezan a ser algo habitual, sin que existan muchas dudas sobre su eficacia y su eficiencia.