Sé lo ridículo que debe sonarpero paso días enteros
consultando el Teletexto.
La gente no es capaz de percibir
el prodigio de inmanencia oculta.
Como una suerte de Dios
primigenio, olvidado y analógico.
Yo he aprendido a descifrar
sus mensajes.
Hoy por ejemplo leí este:
"Nadie va a ayudarte más barato".
Seguido de un número de teléfono.
No he necesitado llamar
para sentirme el hombre más feliz del mundo.
Tan solo la posibilidad me sana;
alguien al otro lado de esa pantalla
dispuesto a ayudarme
sin conocerme de nada
y además a buen precio.
¿No es conmovedor?
¿No resulta abrumadoramente maravilloso?
