Teletienda blaugrana

El Fútbol Club Barcelona se está convirtiendo en una extraña teletienda, al mas puro estilo programa publicitario nocturno que nadie ve y todo el mundo zapea. Por la noche y con el poder de una Visa, uno puede comprarse un robot de cocina, una máquina para picar hielo, un ordenador portátil o la colección de películas de Marisol. Incluso uno puede alargarse su miembro viril.

La entidad blaugrana está de saldo. El verano pasado criticaron la llegada de Cristiano a Madrid y después a la caverna mediática de la capital por engordar el desembolso de la contratación de Zlatan Ibrahimovic. Se habla de 47 millones más Eto’o (¿en cuánto tasar a un futbolista pichichi del equipo que lo ha ganado todo esa temporada?, esa es la cuestión). Algunos hablan de 65, otros llegan a los 87 millones. La cifra no es irrisoria, más bien podríamos considerarla preocupante.

Es cierto que de las arcas del club salieron “sólo” los 47 kilos, pero nos olvidamos que entonces Laporta y sus secuaces regalaron a uno de los delanteros más codiciados del mercado mundial. Cuestión de feeling.

Como la pela es la pela, ahora Rosell quiere colocar a Ibra y así hacer caja y contentar a Pep feeling Guardiola. Y van a emplear una formula mixta, rara, rara, rara para quitarse del medio al sueco. Se lo van a prestar al Milán (una cesión al uso por un año a 0 euros, los italianos se harán cargo de los 12 millones de ficha del jugador) y luego le van a obligar a comprarlo por 30 millones (a pagar en 3 años).

Toda cesión con opción de compra estipula que es el club al que ha llegado cedido el jugador quien debe decidir si quedarse o no con él. Algo así como “si no le gusta le devolvemos su dinero”. Pero el Barcelona es diferente y en vez de cederlo con una opción de compra lo va a ceder con una obligación de compra. Reinventando el fútbol.

No se que puede pasar si a Zlatan le da por ser pichichi de la Serie A italiana, de la Champions y Bota de oro. Igual dentro de un año Rosell se arrepienta de haber cedido a un jugador ocultando un fracasado traspaso.

Y me encantaría ver como explica a la afición que al final no se queda con el mejor delantero de Europa al que no quería Pep, pero que igual el nuevo entrenador blaugrana la próxima temporada bebe los vientos por él. Claro que todo son supuestos porque la temporada tiene pinta de seguir el camino de las anteriores, con el Barcelona peleando títulos, Pep triunfando en el banquillo y Zlatan intentando ganarse a una afición que no hace mucho tiempo, un año, le silbaba por ser jugador de su eterno rival.

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