Ahora se quiere legislar sobre el Teletrabajo. Ya tenemos a políticos, sindicatos y una legión de burócratas (think tanks) empleándose en el tema. Consultores, creadores de soluciones con subvención y todo lo que mueve esto engrasando engranajes y poniendo en marcha la maquinaría.
Ya ha comenzado el lanzamiento de “Globos sonda”, hay medios muy vendidos por la publicidad al sistema político que lo están haciendo.
El planteamiento político, como suele ser habitual, es crear más normas ofreciendo un visión simplista del asunto.
El concepto regulatorio del teletrabajo a nivel político es el siguiente:
- El trabajador dedica más horas que en la oficina. Por tanto hay que regular horarios, crear norma y sanciones al uso, campañas sobre la norma (pagadas a los medios de comunicación antes mencionados), consultoras, burócratas, etc, todo viene después.
- Al trabajador se le obliga a incurrir en unos costes, de ordenador, línea de conexión a Internet y hasta la silla en la que se sienta. Por tanto, esto lo debe pagar la empresa porque son unos gastos.
Los políticos ensalzan o demonizan algo como el Teletrabajo en tan solo un par de semanas.
Durante el confinamiento hemos visto como se recomendaba el Teletrabajo con insistencia. Al mismo tiempo, se hablaba de que hay que aumentar las capacidades tecnológicas de las empresas. Creo que todo el mundo es testigo de ello. Tirando de hemeroteca vemos extensas intervenciones de los parlamentarios dedicadas a esto.
¿Qué ha pasado tan solo hace unos días? Pues que esos asesores, que tienen que aportar nuevas ideas regulatorias para justificar sus sueldos y permanecer en el cargo, han encontrado otro nicho de mercado para la venta de las soluciones políticas.
Y maldita sea! ¡Que perjudicial es el Teletrabajo hoy!
Hoy mismo,viendo los medios de comunicación hemos olvidado:
- Que la empresa de hoy es más dinámica que la del siglo XIX. Esto los sindicatos no lo entienden.
- Que los clientes, si quieres estar en el mercado, requieren respuestas inmediatas que no impliquen ir a la oficina.
- Que la flexibilidad y la conciliación son gracias al Teletrabajo.
- Que mientras menos coches circulen por la ciudad, menos contaminación y ciudades más limpias tenemos.
- Que el mundo ya es digital, antes de que se retomase la palabra Teletrabajo.
En cuanto a los costes informáticos, de conexión o telefónicos.
Plantear unas cuestiones sencillas y básicas.
Si la empresa ha de aportar el material para el teletrabajo entonces debería controlar su uso.
Una cosa. Mientras que el empleado ha tenido que trasladarse, sin ser un comercial, las empresas no han tenido que pagar los coches.
Si la empresa aporta la conexión y el ordenador, entonces es legítimo que controle su uso. Porque si el trabajador utiliza posteriormente esos medios para instalar programas, navegar por Internet, descargar películas, meter virus de paso, juegos etc.
Me parecería bastante lógico. En la oficina los recursos informáticos pagados por la empresa no están para hacer video-conferencias con los amiguetes o pasar horas en Facebook.
La pregunta es: ¿Si la empresa paga los medios? ¿Controla su uso?
El software, que lo aporta la empresa, ya viene de serie con un control de acciones de los usuarios. Cualquier sistema que sea para empresas como Dataprius lo hace, no es algo diseñado específicamente para el teletrabajo, es que obligan ya algunas normas como el RGPD o cualquier certificación de gestión de la empresa. Eso ya está asumido y en cierto modo regulado.
Consumo energético
Ojo porque se está difundiendo también como un problema. Nadie considera el ahorro mensual en gasolina o diésel que provoca el presencialismo.
Si el lector vive en una gran ciudad, este gasto se come parte de su sueldo, provoca pérdidas de tiempo en atascos y además, nos hemos olvidado de ello: provoca contaminación, carbono en la atmósfera y hasta estrés en las personas.
Al menos habíamos pensado en esto ya, pero parece que ha caducado.
Vuelta de tuerca para imponer el presencialismo.
El Teletrabajo aporta innumerables beneficios. ¡Claro que debe ser regulado! pero no por quienes se aferran a economías del siglo XIX.
Los medios digitales se quedarán, tanto si se regulan de una forma como de otra.
Lo que se necesita es un cambio de mentalidad, no una regulación estricta y sancionadora como se está planteando. De la presencialidad hay que pasar al trabajo organizado por objetivos razonables.
Todo cambio tecnológico tarda en asumirse y utilizarse bien. Si por ejemplo, la atención a los clientes es de 9 a 18, se puede mantener este mismo horario independientemente de que se trabaje desde casa o en una oficina.
Establecer una normativa reguladora en una fase de descubrimiento tecnológico actual por parte de muchas empresas puede ser un error.
La generación nativa digital
Que sepan los legisladores que hay ya una generación nativa de los medios digitales a los que en las ofertas de empleo lo que les atrae más son las condiciones de trabajo que el propio sueldo.
Todos estos, lo primero que preguntan es si la empresa permite el teletrabajo, en qué condiciones y durante cuantas horas a la semana. Si alguien de recursos humanos está leyendo esto por favor que lo confirme.
En España el desempleo juvenil de personas con un alto nivel académico es enorme. Muchos se ven obligados a marcharse a otros países, dónde la dinámica laboral y la flexibilidad están afianzados, valorar la formación también.
Esa generación, está ya a años luz de los Presencialistas, de los sindicatos y políticos del siglo XIX.
Esas personas, ven las virtudes el teletrabajo y de los medios tecnológicos, por supuesto que de una forma regulada para beneficiarse a nivel personal, esa parcelita de libertad de auto-organización que otros no entienden.
La entrada Teletrabajo. ¿Si la empresa paga los medios? ¿Entonces controla su uso? se publicó primero en Blog de Dataprius..