Frente a las próximas televisiones con software de reconocimiento de gestos, para cambiar de canal o ajustar el volumen bastará estirar el brazo en dirección a la pantalla y hacer como si se estuviera utilizando un control remoto invisible (no se requerirá microchips ni sensores en la piel). Después será suficiente con hacer una expresión en el rostro.
Esta es una tecnología que está desarrollando la empresa israelí XTR3D, que también trabaja en el primer teléfono inteligente sin tacto, es decir controlado por los movimientos del dueño (gestos que simulen un joystick, un click o un zoom).
A pesar de que la tecnología podría recordar a la Kinect de Microsoft (la consola de juegos controlada por gestos, lanzada el año pasado), en realidad es diferente. Kinect tiene sensores profundos, micrófonos de múltiples matrices y cámaras con el modelo de color RGB, que entregan al software la información que necesita para reconocer tanto la voz como los movimientos. La televisión utiliza cámaras 2D (como la de una computadora portátil o de un teléfono celular) para extraer la tercera dimensión de la segunda dimensión. Esto genera el mismo efecto tridimensional que el Kinect.