En los últimos años, el desarrollo de videojuegos se ha polarizado de una manera alarmante, sobre todo en consolas. Por un lado tenemos los grandes lanzamientos, los triple A, cuyo presupuesto y volumen de trabajo crece casi a ritmo exponencial. Cada vez menos compañías son capaces de crear juegos que puedan ser considerados como parte de este grupo, y no son pocos los riesgos que se corren con este modelo de negocio, en el que gigantes como EA, Activision o Ubisoft, se juegan el año en un par de títulos. En el otro extremo, tenemos estudios muy pequeños, que generan juegos de bajo presupuesto que se centran en los temas que las grandes producciones han dejado de lado: Historias complejas, nuevas mecánicas, riesgo...En tan sólo una generación han surgido muchísimos productos de este tipo, para alegría de muchos (yo incluido).
Pero ¿hay algo entre estos dos extremos?. Históricamente, siempre han existido juegos con menos pretenciones, con un valor de desarrollo, digamos intermedio, y que han tenido la misión de completar el catálogo de las consolas, llenar tiempos de espera entre pepinazo y pepinazo y, en más ocasiones de las esperadas, causar sorpresas y buenos momentos. Pero ahora, con el rumbo que está tomando el mercado, parece que este tipo de productos tiende a desaparecer.
Tomemos esta nueva generación por ejemplo. Llevamos ya bastante tiempo, con pocas novedades, y con algunas expectativas en un futuro a medio plazo, pero nada del otro mundo. Todavía no hay catálogo, los taquillazos ni siquiera asoman por el horizonte, y hay una base creciente de consolas que necesita ser usada. ¿Qué hacen los estudios?¿Crear juegos de impacto medio para arañar ventas e intentar crear y consolidar franquicias que no sean multimillonarias? No. Ya nadie se la juega, porque los presupuestos para hacer un videojuego bajo los estándares actuales son altísimos. Nada de arriesgar con algo así, porque un tropiezo o un riesgo demasiado alto te lleva a la ruina. Que se lo digan a THQ, por ejemplo, que se jugó todo lo que le quedaba a Darksiders, y ahora está en el hoyo.
En PC es algo distinto, ya que hay compañías que se dedican específicamente a este segmento, que es más grande debido al mayor volumen de jugadores. Ahí tenemos a Paradox, que se encarga, básicamente de hacer juegos que yo amo con locura, o Fx Interactive que se la juega siempre con títulos poco conocidos pero que suelen sorprender. Pero en consolas la clase media es un erial: Todos quieren llegar a triple A,porque ahí están los dineros, y muchos caen en el camino, porque no hay mercado mayoritario para todos.
¿Dónde están esos juegos que te sorprenden y te dan la sensación de "fondo de armario"? Yo recuerdo los primeros años de WiiU, en los que todo el mundo pedía clásicos a Nintendo, pero no tenían las manos vacías mientras. Cositas como Little King Story, hacían la espera más amena y, qué cojones, divertían, que es de lo que se trata. Pero ¿ahora?. O Indies o triple A. Nada en medio. Y es muy triste. ¿Vosotros los echáis de menos?