TEMPLARIOS IMAGEN DE DIOS
Templario y Caballero... eres imagen de Dios ante los hombres, y la imagen de Dios no debe inclinarse ante sombra alguna. Una cruz, un altar y una luz es todo lo que Él te ha dejado por herencia, nada más. Una cruz que es tu cuerpo vivo, un altar que es tu corazón intrépido y una luz que es tu fe ardiente.
Él te ordeno que conservases estas cosas intactas y puras en medio de un mundo que baila al son de la perdición y se revuelca en el fango de la miseria debido a su falta de fe.
Eres imagen y templo de Dios, y para que los cuidados del cuerpo no distraigan al espíritu, se te fue permitido vivir de la caridad para ofrecer caridad. Se te permitió vivir de amor para entregar amor, y vivir en la humildad para derrochar humildad a cada paso de tu camino.
Templario... has trabajado duro luchando y protegiendo a tu familia para ofrecerles dignamente todo lo que han podido necesitar, cumpliendo la voluntad del Padre.
Has defendido siempre la verdad, la justicia y la libertad, sin medir las consecuencias de tus actos, pues siempre los has considerado los más altos y honorables ideales que un Templario pueda defender.
Sientes El Temple tan dentro de ti, que te has emocionado, reído, llorado, escrito y compartido tus sentimientos, todas tus dudas y temores, con todo aquel que has tenido a bien conocer andando tu camino.
Has amado tanto a tu Orden que nunca dudaste en defender hasta las últimas consecuencias, tus principios y valores, dentro y fuera de ella, con honor y lealtad a la palabra dada.
Caballero y Templario... todo lo acontecido y vivido, te otorga el derecho y la obligación que tienes como guerrero y soldado de la Blanca Milicia de Cristo, para seguir luchando, combatiendo, defendiendo, custodiando y predicando con tu ejemplo, la Palabra Verdadera y el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo y de Nuestra Señora Maria Magdalena.
Nunca incumplirás ni llamaras a la rebelión de las leyes creadas por el hombre y para el hombre, aunque estas sean injustas y crueles. Lucharas con las mismas armas que tu enemigo respetando las mismas reglas establecidas.
No serás una copia de ningún poder establecido, ni político ni civil ni religioso. Eres imagen de Dios ante los hombres, su Luz, su Verdad y su Camino y en cada paso que des, conquistarás el corazón de los hombres, pueblo a pueblo, nación a nación, restableciendo el Reino de Dios en la Tierra, porque suyo es el Poder y suyo es la Gloria.
+++Nada para nosotros, Señor, nada para nosotros, sino a Tu nombre sea dada la Gloria.+++