El templo mejor conservado de Egipto
Pilono de acceso
El dios halcón Horus, con rostro serio y en posición de firme como un soldado, recibe a los visitantes en la puerta de su templo, como lo hace en otros dedicados a su figura.Horus
Este templo está en perfecto estado de conservación pues permaneció cubierto por la arena hasta el año 1853, en que fue descubierto por el francés Mariette. Al llegar llama la atención la monumental fachada del frente cuyo nombre técnico es pilonos, al estilo de los templos de Karnak y de Luxor.Posee unos excelentes patios, santuarios, etc. Luego del primer patio hay una segunda fachada. En las paredes se observan unos magníficos sobre relieves dignos de admiración. Tiene dos salas de columnas cuyos capiteles son todos distintos.
El viaje hasta el templo es bien pintoresco. Al bajar del navío, en el muelle hay un centenar o más de calesas, unos carruajes con un caballo, que llevan hasta el templo atravesando la ciudad de Edfu.
En un lugar cercano al acceso del templo, como en otros sitios, hay una feria de puestos de venta de diversos productos. Uno de los vendedores se puso cargoso con una señora de nuestro grupo y el guía intervino, lo cual motivó la reacción, con gritos y amenazas al guía, hasta vino un barrigudo policía de blanco, a calmar los ánimos.
Muchos vendedores piensan, equivocadamente, a mi entender, que presionando, levantando la voz, la gente va a comprar más, pero producen un efecto contrario pues los turistas ya ni les miran, ni les hablan.De todos modos el tema de los vendedores, es secundario, pues el viaje por el Nilo y la visita a los templos supera ampliamente alguno de estos momentos incómodos. Lo importante es estar alerta y no dejarse arrastrar.
Barca solar en el santuario del templo
El guía comentó que luego de la primavera árabe del 2011, la policía está muy desacreditada y la gente en general está más desafiante. Como si de repente, pudieran hacer todo lo que quisieran.Como uno está en un país tan diferente, hay que andar con prudencia.
Los conductores de las calesas se ofrecen a tomar fotografías, eso sí, después piden one euro. Viviendo y aprendiendo.